No debería pedírtelo, ya no eres libre,
pero me gustaría verte de nuevo
y conversar largamente de aquello,
y cenar una noche en un lugar tranquilo,
y pasear después a la luz de la luna.
Lo siguiente lo dejo a tu elección,
por si te vuelvo a seducir.
Lo siento, no pasa nada por soñar.
¡Fue tan bonito lo nuestro!..
--Joaquín--
Mnesarete no las tenia todas consigo. Estaba convencida de que al final acabarían condenándola. De sobra conocía a los hombres, ¡había conocido a tantos!..
¡Era tan bella, tan buena moza, que quizás fuese la mujer más hermosa de toda Grecia!. Lo decían todos. Los hombres la miraban con deseos inconfesables; las mujeres con envidia porque..
No en vano había servido de modelo al gran escultor Plaxíteles para realizar la deliciosa “Venus de Cnido”. que majestuosamente presidía la entrada de su templo en Atenas.. O lo del pintor Apeles, que un día lo reconoció él mismo: en ella se inspiró para su “Afrodita”, bellísima escultura como todos sabían..
Pero desde el día que Mnesarete rechazó al rico e influyente ciudadano Eutías, que quería yacer con ella, las cosas le fueron de mal en peor. Y todo porque el tipo ése, indignado, la denunció por impiedad; lo peor que podían acusar a un ciudadano griego, sea hombre o mujer, y para colmo ella había ejercido alguna vez de hetaira..
Si, llegó a acostarse con algún acaudalado ateniense, ¡pero eso nada tendría que ver!. Bueno, eso creía, hasta ahora.. Asustada como estaba y por consejo de unos buenos amigos contrató a uno de los mejores abogados de la ciudad..
Durante el juicio, su abogado, viendo que los argumentos no valían para exculparla, le dijo en voz alta para que todos lo oyeran..
--¡Desnúdate, Mnesarete!..
Ante su perplejidad, el abogado insistió..
--¡Si, desnúdate totalmente!-- --haz lo que te digo--
Así lo hizo. No era la primera vez que se desnudaba ante algún hombre, pero esto era distinto, la sala estaba llena a rebosar de gente.
Desnuda sobre el estrado de mármol la miraron todos, y desnuda la miró el abogado, que dirigiéndose despues al jurado les previno:
--“Olvidad si os parece los anteriores argumentos” ¿No lamentaréis de por vida condenar a ésta Diosa?..
Tan convincentes fueron sus palabras y tanto obnubiló la visión de su cuerpo al personal, que salió absuelta.
Joaquín
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