El caso es morirse...
Amiga...
Tu
infinita sed de amar
confirma
mis sospechas;
¡desbordas
sensibilidad!
Déjame
susurrarte al oído,
permíteme
decirte que
eres
ninfa de límpido mar;
sirena
disfrazada de mujer
en
busca de su príncipe azul
que
le decore su corazón
con
poemas de coral.
--Joaquín--
Digamos
lo que digamos y a pesar del coronavirus, un elevado tanto por ciento
de muertes se produce por ataque cardíaco, accidente de trafico o
suicidio. Si, esto es verdad, pero la mayoría, el 60% de nosotros, morimos de
una prolongada decadencia. Vivimos una larga vida, pero
también morimos de una larga muerte...
Según
ciertos cálculos, si mañana se encontrara una cura para todos los
tipos de cánceres, sólo se añadiría 3,2 años de vida a
la esperanza de vida global. Y si se eliminara la enfermedad cardíaca
(primera causa de muerte) se añadiría apenas 5.5 años más.
Ello se debe a que la mayoría de las personas que mueren por estas
causas son gente de edad avanzada y si no mueren por esto se
morirán de cualquier otra cosa, ¡así está el patio!.
De
todas maneras y aún con el bajón emocional subido que padecemos
estos días, sepan que un tipo nacido en 1945 podía disfrutar unos
ocho años de jubilación antes de desaparecer del mapa. Sin embargo,
otro nacido en 1971 se puede tirar, el tío, más de veinte años chupando
del Inserso. Esto es estupendo para el beneficiado,
aunque funesto para las arcas del estado pero, ¡allá el estado y
sus cuentas!. Ya vendrá Europa a rescatarnos. Al menos eso dicen..
Mirad si somos unos suertudos que, aún con la que está cayendo estos días en nuestro pueblo y los 90 contagiados, si lo comparamos con la vida que llevaban nuestros abuelos, somos los reyes del mambo. Les recuerdo que estos pobres nuestros morían con 50 y 60 años y sin haber salido más allá de Calzadilla de los Barros.
En fin, démonos, pues, con un canto en los dientes y disfrutemos de la vida, que estos percances pasarán en nada y volveremos a abrazarnos y a llenar los bares. Por cierto, acordaros de guardar la última mascarilla como símbolo de una corta y penosa etapa que nos sirvió, entre otras cosas, para recordarnos que no somos tan infalibles como creíamos..
Joaquín
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