domingo, 25 de octubre de 2020

El ocaso de los fuertes

                                                                                       



Aquellos que vuelan solos tienen las alas más fuertes.


Según el filósofo Friedrich Nietzsche, los seres humanos (aunque no lo parezca) somos tan compasivos y humanitarios gracias al cristianismo. Ésta religión nos insufló unos valores que antes no existían. 
Sí, acuérdense, en el mundo clásico y hasta la llegada de Jesucristo eran los fuertes los que subsistían y triunfaban. Los perdedores y los débiles, por el contrario, estaban abocados a la servidumbre. Los griegos y los romanos admiraban la perfección y la belleza en los hombres, tanto física, intelectual o de poder. Apenas se daba entre ellos indulgencias como la compasión o la lástima, y menos aun la solidaridad, según la entendemos ahora... Pero..
Con la venida del cristianismo se trastocó todo, y los débiles tomaron el poder. Los esclavos y menesterosos (siendo mayoría en la sociedad) odiaban a patrones y triunfadores, minusvalorando cuando no despreciando sus orgullos y arrogancias. Se decían prestos a obedecerles (no les quedada otra) pero despreciaban valores supremos como.. moral, gloria u honor, más propios de la clase alta de la sociedad.
Como los siervos son débiles promueven valores menores como mansedumbre o misericordia, y critican el egoísmo o la fortaleza, méritos exclusivos de los vencedores. Y es que, según la biblia, Jesús dijo aquello de: "los sumisos y humildes heredaran la tierra"... Y entonces los pobres aprovecharon y se rebelaron. ¡Ojo!, lo dice Nietzsche, no yo...
Joaquín

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