Amigo, si paseas por su calle,
si ves su casa al pasar,
no olvides parar frente a su puerta
y me dices si todo sigue igual..
--Joaquín--
Fijaos, hace justo cien años, en 1921, acababa de llegar la luz a las calles del pueblo. Se tendieron cables por todas las vías y, aunque muchas mujeres los utilizaban como tendederos de ropa, el invento mejoró bastante el bienestar de los 10.500 vecinos que éramos entonces.
Los más pudientes pudieron enganchar la luz a sus casas; bajo su minuta correspondiente, claro.. Por cierto, la electricidad la suministraba la antigua fábrica de harina ubicada entre la calle Huelva y la de San Julián.
No se extrañen si les digo que ni en las casas y ni en las calles había alcantarillado; ni por supuesto agua corriente. Existían una especie de pozos ciegos en los corrales donde iban a parar la porquería, y que había que limpiarlo de vez en cuando, y de noche, porque no había dios quién aguantara semejante y nauseabundo olor; y eso que las narices de entonces estaban hechas a todo..
Por aquella época, primer tercio del siglo XX, tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, se hicieron las primeras escuelas públicas, y se crearon o mejoraron las fuentes y pilones que aún conservamos de, la Pata, El Caño y la Miranda.
También por aquella época solía dictar bandos el Ayuntamiento animando a la gente a no hacer sus necesidades más perentorias en la calle, a no cortarse el pelo en las puertas de sus casas o a no escupir en las aceras. Incluso se instalaron escupideras metálicas con serrín para tal menester.
También en 1921, hace un siglo, se celebraban unas cien bodas al año en el pueblo. La edad media de los novios era de unos 27 años, mientras que la de las chicas 24.
Pero lo peor de todo esto es que el 30% de los futuros esposos ya no tenían padres que hicieran de padrinos en sus bodas. No, ya habían muerto. Tened en cuenta que la media de morir de los fuentecanteños de entonces era de 55 años.. ¡qué pena!..
En fin..
Joaquín
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