La medida del amor es amar sin medida
--San Agustín--
San Agustín recibió una carta, era de su querida amiga, Sápida, señora piadosa donde las hubiera. En ella le hablada de su sufrimiento por la muerte de su adorado hermano, amigo a su vez del santo.
A San Agustín le dolió mucho la desaparición inesperada de su amigo, y comprendió la pena de Sápida. En seguida pensó en aliviar el inmenso dolor que padecía su amiga, y contestó a la carta con otra.
Querida Sápida:
"La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado.
Yo soy yo, tú eres tú.
Lo que soy para ti lo sigo siendo.
Dame el nombre que siempre me has dado.
Habla de mi como siempre lo has hecho.
No uses un tono diferente. No tomes un aire solemne y triste
Sigue riendo de lo que nos hacía reír juntos.
Reza, sonríe, piensa en mi.
Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido,
sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de tu mente?
¿Simplemente porque estoy fuera de tu vista?
Te espero; no estoy lejos, sólo al otro lado del camino.
¿Ves? Todo está bien. No llores si me amas. Créeme:
cuando la muerte venga a romper nuestras ligaduras,
como ha roto las que a mi me encadenaban,
ese día volverás a ver a aquel que te amaba
y que siempre te ama, y encontrarás su corazón
con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme, pero transfigurado y feliz,
no ya esperando la muerte, sino avanzando contigo
por los senderos nuevos de la luz y de la
vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios
un néctar del cual nadie se saciará jamás.”..
---Tu hermano---
Por cierto, hoy en día ésta carta y su mensaje es uno de uno de los más acertados consuelos para creyentes que desesperan por la muerte de un ser querido. En Francia, por ejemplo, la suele leer algún allegado del muerto en su funeral. Muchos se han sentido reconfortados con ella.
Joaquín
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