Si fantaseas con parajes
solitarios, o te cautiva el callado
rumor del mar;
si miras (mientras suspiras)
estrellas rutilantes y lejanas
en noches serenas; cuenta
conmigo para soñar.
--Joaquín--
Contaban en la época victoriana, en Inglaterra (creo que para contradecir un poco a Darwin y su teoría de le evolución) que la prueba más palpable de lo perfectos que nos hizo Dios la tenemos en el ojo humano, tan extraordinario. Pero no se daban cuenta, pobres ignorantes, que el ojo no es un buen ejemplo para presentar esa perfección, puesto que el ojo lo tenemos diseñado justo al revés.
Si, los conos y bastoncillos que detectan la luz se encuentran detrás y, sin embargo, los vasos sanguíneos que lo alimentan están delante, ¡ya ven!.. Seria como si los faros de un coche que nos iluminan la carretera de noche lo situáramos en el maletero..
Quizás sea a la vista a lo que más tiempo y estructura dedica el cerebro. Una tercera parte de la corteza cerebral se encarga exclusivamente de que los ojos no fallen en su cometido. Por cierto, si colocáramos un ojo entero en la palma de una mano nos llevaríamos una gran sorpresa, es enorme, casi no cabría.. Tengan en cuenta que sólo vemos una sexta parte de él.
Nuestros ojos contienen tres fotorreceptores responsables de la visión y dividen al mundo en tres colores, azul, verde y rojo. Para ver el resto de matices se mezclan unos con otros. A los daltónicos les falta uno de los tres, por lo que no ven todos los colores. También hay algunas personas que carecen de fotorreceptores y ven el mundo en blanco y negro, ¡que horror!.. Estos pobres son llamados acrómatas..
De todas maneras los humanos somos, entre todos los primates y casi del resto de animales, los que peor visión tenemos. El águila ve cinco o seis veces mejor que nosotros. También los gatos o los búhos nos triplican en vista.
Joaquín
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