A
veces nuestros labios, como locas
mariposas
de amor, se perseguían;
los
tuyos de los míos siempre huían,
y
siempre se juntaban nuestras bocas.
Los míos murmuraban: ¡Me
provocas!
Los
tuyos: ¡Me amedrentas!, respondían;
y
aunque siempre a la fuga se atenían,
las
veces que fugaron fueron pocas.
--Manuel
Ugarte--
Supongo
yo que llegaría el día en el que éramos tantos en el mundo
que necesitaríamos algo muy particular cada uno para poder
distinguirnos de los demás. ¡Y se inventaron los apellidos!. Si,
ese segundo nombre que nos diferencia a cada uno de nosotros, y del
que, por cierto, tan orgullosos estamos todos, aunque nos
apellidemos Rufián..
El
primer pueblo que utilizó los apellidos fue el chino, y lo hizo en
fecha tan remota como el año 2800 a.c. Y todo gracias a un decreto
del emperador, Fushi, que obligó apellidarse a todos.
Y qué curioso, los chinos llevan tres nombres. El apellido se coloca
en primer lugar, procede de las 438 palabras que componen el poema
sagrado Po-Chia-Hsing.
Al
apellido le sigue el nombre de la generación, tomado de un poema de
30 caracteres adoptado por la familia. El último que se coloca es el
nombre dado a la persona. Por cierto, los nombres más habituales en
china son: Wang (amarillo) Ya (bajo) o Chan (viejo): Con lo que un
nombre cualquiera podría ser, Po
Li Ya. 😆😆😆
La
mayoría de los apellidos españoles son de origen patronímico (de
padres) y toponímico (de lugar). Así, antes de hacerse los
apellidos hereditarios, solía usarse el nombre del padre, pero
añadiendo el sufijo Ez, (hijo de..) Por ejemplo, si el padre se
llamaba Sancho, el hijo tomaría el apellido Sánchez, (hijo de
Sancho). ¡Mira por donde, ya sé que había un Sancho en mi
familia!.. Bueno, y un Rodrigo, y un Martín y un...
Los
apellidos alemanes derivan
de oficios o de formas descriptivas, Klein (pequeño) Gross (grande)
Kreuser (pelo rizado). Los daneses,
patronímicos: al hijo de Jorge Petersen se apellidaría Jorgensen.
Los checos de
apodos: Hovorka (el que habla demasiado) Kostal (el que vivía en un
campo donde se habían cortado coles). Los escoceses,
sin embargo, como eran muy de clanes adoptaban el Mc y luego el
nombre del clan, por ejemplo John McGuire (Juan, del clan de los
Guire).
En
definitiva, el problema no es apellidarse Rufián,
sino hacer el indio como lo hace él. Eso sí, un indio muy bien
pagado. 😅😅😅
--Joaquín--