---Joaquín, hace tiempo que no me divierto ojeando mi horóscopo---me dijo un día preocupada---llevo una temporada que todo me sale mal y no me atrevo---reiteró
Le animé, y como sé que a pesar de su aparente desgana le gusta los temas esotéricos, le dije que quizás lo que esperaba ella no fuera otra cosa que un golpe de suerte que resolviera todos sus problemas, y le fui enumerando una serie de pseudo-ciencias de las que podía echar mano:
--Con la quiromancia---le sugerí--- te pueden predecir el futuro mirando las líneas de la mano. En la clarividencia miran tu futuro en las famosas bolas de cristal, y en catoptromancia te buscan las respuestas en las imágenes reflejadas en los cristales después de estar concentrado en la llama de una vela.
Se extrañó que le dijera esas cosas, pero me animó a seguir
--También tienes la piromancia---insistí---estos adivinadores ven figuras abstractas en el fuego de una chimenea. Según las formas y los colores que tengan estas figuras así será tu futuro. Muy negro te lo veo yo jajaja
También ella rio con mi bobada, cosa que me animó a seguir:
--Lo de echar las cartas del tarot está ya muy trillado, le llaman cartomancia, pánico le tengo a éstas cosas, pero allá tú. Y puedes echar mano de la hidromancia---proseguí---que no es más que adivinar el futuro viendo las ondas que forman el agua del rocío de la mañana en una palangana. O la ovomancia, una patochada que consiste en cascarse un huevo, jajaja. pero no te alarmes, puede ser uno de gallina---le advertí riendo---el lila, también llamado cliente, lleva un huevo al adivino, éste lo casca y según la disposición de la yema y la clara, dependerá su suerte.
---¡Jajaja, para para, Rappel, no te canses, vuelvo a mi horóscopo! ¡lo tengo claro!---me suplicó riendo.
Jajaja, si no me para, yo sigo, aún me quedaban unas cuantas mancias por enumerarle. Le aburrí, es cierto, pero también la hice reír.
Joaquín
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