Amiga..
No soy digno de que
te esfuerces en quererme.
Te quiero tanto que
por nada del mundo
te obligaría a tomar
decisiones que tú no quieras.
Sólo una palabra, un
gesto tuyo me bastaría
para seguir
intentando enamorarte;
o irme con la música
a otra parte.
--Joaquín--
Créanme, nunca pensé
que en España llegaríamos a ver lo que ayer presencié por primera
vez. Supongo que el Apocalipsis empezará así el día en el
que se deje caer por estos lares. Pasmado quedé al ver al Mercadona
de mi barrio literalmente saqueado de mercancías. Interminables
colas tempraneras de gente ansiosa y desesperada porque temían un
desabastecimiento general de alimentos se agolpaban ante las puertas
aun cerradas de éste súper de moda.. Ignoro si a estas alturas de
la mañana de hoy aún persiste el asalto inmisericorde a las
estanterías. Sepan que yo no pienso contribuir absolutamente nada a
este espanto..
Conste que de momento
somos los de Madrid y alrededores los que estamos inmersos en
esta especie de hecatombe vírica y timorata, pero no canten victoria
ni se crean más guapos que nadie, que más pronto que tarde esta
pandemia de virus reales y miedos infundados se generalizará
por todo el país, aunque en Madrid por ser una macro-aglomeración
colosal de gente sea más difícil su control..
Parece mentira, pero
sorprende cómo en un santiamén todo se ha vuelto horrible y
excepcional. Ya no cuenta lo habitual y cotidiano: nuestras salidas,
nuestras reuniones, nuestros bailes, nuestros paseos por los
abarrotados centros comerciales de las afueras, nuestras cenas
sabatinas. Ahora cualquiera es sospechoso de portar el virus;
todos desconfiamos de todos y nadie se atreve a respirar cerca de
nadie; créanse si les digo que lo veo en una película de ciencia
ficción y pensaría que los guionistas exageraban..
Y yo que pensaba que
estas cosas sólo se veían en la Venezuela de Maduro; que
sólo allí y zonas parecidas era tercer mundo puro y duro y resulta
que aquí mismo, en el centro y cogollo de España y
dentro de la misma Europa, ha bastado una pequeña
epidemia no más grave que la gripe común con su consabido peaje de
muertos con patologías previas, para que todos nos volvamos locos.
Miedo me da, porque si en esto, que no deja de ser un duro invierno
de contagios y persistente gripe aunque desconocida, nos comportamos
así, ¿qué será de nosotros si fuese algo mucho más mortal? ¿Nos
comeríamos unos a otros? ¿Nos patearíamos por conseguir alimentos?
¿Nos mataríamos por quitarle algo de valor al prójimo?
¿Saquearíamos tiendas a lo bestia como hicieron en Nueva York
la noche del gran apagón?.. En fin, pánico me da. Evidentemente aún
tenemos dentro de nosotros mismos ese animal salvaje al que nunca
domesticaremos del todo....
No se cómo
evolucionará éste virus de marras en los próximos días y semanas,
pero lo que sí está consiguiendo ya, además de los consabidos
problemas sanitarios y de salud en algunos, es demostrarnos que los
españoles somos tan gualdrapas e incívicos como siempre, y que a
las primeras de cambio corremos como conejos ante cualquier situación
un poco peliaguda. Menudo ejemplo damos al mundo.. Lo siento..
Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario