domingo, 8 de marzo de 2020

Lo que no sabían de nuestro cuerpo..





Amiga..
Comprendo tu amargura.
Pero deberías quejarte menos
de tu suerte.
Tuviste oportunidades y no escogiste
precisamente la mejor.
Así es la vida.
Puedes alegar que eras muy joven,
que no sabías.
Eso es verdad.
Pero eso no te exime del duro
precio a pagar.
Yo ya aboné el mio por tu desidia.
Y fue caro, te lo aseguro..
--Joaquín--





Cada día mueren en el mundo 160.000 personas; unos 60 millones al año. Puede parecer una barbaridad, pero es que somos muchos en el planeta. Sólo la gripe común mata en los Estados Unidos unas 40.000 personas al año.. ¿Y saben una cosa? Según la Organización Mundial de la Salud hay 8.000 causas por las que podemos morir, pero sólo una de ellas lo consigue; no es mal bagaje, ¿no les parece?..
El cuerpo humano es increíble, una obra maestra de arte y diseño que la naturaleza ha confeccionado durante cientos de miles de años y de la que no somos plenamente consciente. Parece mentira, pero da pasmo reconocer cómo se coordinan de manera impecable 37 billones de células para que funcionemos perfectamente; infinitamente mejor que un reloj suizo de alta precisión.
De todo, es el cerebro el rey de la maravillosa maquinaria que es nuestro cuerpo. Él es el que nos distingue del resto de los animales. Es, sin duda, el objeto más maravilloso del Universo. Trillones de neuronas perfectamente sincronizadas lo componen y le hacen tener conciencia de quienes somos y qué queremos. Conste que el tener un cerebro tan perfecto no es imprescindible para sobrevivir, para esto nos bastaría ser como cualquier animal. Eso lo hace aún más especial.
Dice el escritor Bill Bryson en un libro que acaba de publicar, “El cuerpo humano”, que los individuos damos aproximadamente unos 200 millones de pasos durante nuestra vida; unos más que otros, por supuesto. También segregamos 90.000 litros de saliva. Mucha de ésta la compartimos, claro. Aunque ahora con lo del coronavirus no deberíamos hacerlo si no hay confianza.. Por cierto, ¿sabían que comemos en un día lo que un cocodrilo necesita en un mes?. ¿Y que la comida permanece un día entero más en el cuerpo de la mujer?.. En cambio, el 60% de los hombres son calvos a los cincuenta. Y lo malo para los que ya casi lo somos es que la única cura conocida para la calvicie es la castración.. ¡Dios mio!..
El libro de Bryson es inconmensurable, como otros que ha escrito antes. Nos cuenta todo lo que podemos saber del cuerpo humano, pero no acerca de temas médicos, sino datos, funciones o estadísticas, muchas de las cuales jamás se nos hubiera ocurrido ni pensar siquiera. Nos relata, por ejemplo, la aportación del italiano Gabriel Falopio a la historia de la anatomía humana. A él le debemos la composición y funcionamiento del oído interno y del órgano reproductor femenino; acuérdense de las trompas de Falopio. Las autoridades del momento le entregaron un criminal vivo para que lo sacrificara a fin de estudiarlo.. O del médico William Harvey, el descubridor de la circulación de la sangre y las funciones básicas del corazón, que tenia tantas ansias por diseccionar cadáveres y analizarlos, que llegó a hacerlo con su propio padre, y hasta con su hermana. ¡Ya son ganas!..
Lo cierto es que estamos diseñados para vivir. Al cuerpo le cuesta mucho morir; es lo último que desea. Porque hasta el dolor, no hay nada más necesario que él, aunque sea muy mal recibido.. Pero hay una excepción a las ganas de vivir, el cáncer. No es más que el suicidio de nuestro propio cuerpo sin nuestro permiso. En fin, curiosidades muy apetitosas que nos cuenta Bill Bryson en su estupendo libro...
Joaquín



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