Riqueza de la noche,
¡cuántos secretos arrancados
de ti, cuántos por arrancarte!
¡Oh, goce inenarrable,
hundir la mano en tus entrañas,
remover tus estrellas!
Y... ¡luminosos roces
de otras manos que buscan sus tesoros!
--Juan Ramón Jiménez--
Una cosa os voy a decir: si sois de los que andáis vuestra horita a paso más o menos ligero por las tardes después de comer; si en vuestros menús no faltan los garbanzos y lentejas un par de veces a la semana, deglutís una naranja de postre y el aceite de oliva reina en vuestras sartenes, no dejéis de hacerlo, lo estáis haciendo fetén. Gracias a estos hábitos vamos camino, los españoles, de alcanzar los 85 años de vida media, y eso según está el mundo y son de agresivos los virus foráneos es una bicoca..
Dicen fuentes solventes que España es el país más saludable del mundo. Inapelable asunto. Hemos llegado al primer puesto después de estar segundo y tercero en años anteriores. Conste que es un estudio muy serio elaborado por una empresa internacional que se ha basado en datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, además cuenta con la anuencia de esta solvente entidad que rige la salud del mundo..
Los datos que da el estudio son de todo tipo, desde los alimentos que ingerimos (cimentada en la dieta mediterránea), lo que andamos (muchos van a pie al trabajo o se dan su paseito después de comer), nuestra Seguridad Social, o la esperanza de vida (nada menos que 85 años), la segunda del mundo después de Japón.. Para que se hagan una idea, los norteamericanos van su trabajo a pie sólo el 7% de ellos; nosotros lo hacemos el 37% (muchos ni vamos, jeje) a pesar de los consabidos atascos en las grandes ciudades.
Conste que el top ten de países más saludables del mundo no son son cualquiera; el segundo es Italia (son parecidos a nosotros), el tercero Islandia y el resto los países escandinavos, además de Australia o Suiza..
Lo dicho, no decaigamos con nuestros saludables hábitos. Seguid engullendo paellas, gazpachos, cocidos, tostadas con aceite de oliva, churros etc; atestad las “salas de espera” de los ambulatorios esperando citas para los análisis semestrales, y continuad con los paseitos mientras ponemos a parir a la vecina.
Joaquín
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