lunes, 2 de marzo de 2020

Mírense al espejo y duden de su aspecto..



Amiga..
Si me atiendes y me dices puedo saber tus intenciones;
me anuncias que me amas o que pasas de mi,
que me quieres sólo como amigo.
Si callas y miras me haces dudar.
No las tengo todas conmigo.
Temo la intensidad de tus pensamientos; 

te he visto suspirar mirando las estrellas..
--Joaquín--

Miren, nací en 1960. Tengo por lo tanto 60 años de edad cronológica, pero mi edad biológica es de 65 (parezco más viejo), ¿voy a morir antes de tiempo? Ésta es una pregunta que se podrían hacer muchos si supieran su edad biológica, además del año en el que nació. 
Si, porque resulta que real y científicamente la edad que importa es la biológica, es decir, la que marca nuestro cuerpo y nuestra mente y no la del calendario. Dos tipos con la misma edad, por ejemplo con 60 (ya que estoy en faena) pueden aparentar, uno 50 años y otro 65. Bien, pues a efectos de enfermedades, envejecimiento y muerte, el cuerpo se rige por la edad biológica. O sea, el tipo que teniendo 60 años aparenta 65 tiene las mismas posibilidades de envejecer, enfermar y morir que otro de 65 años cumplidos por el calendario..Ya ven.., y yo con estas canas...
Parece ser que tres son las edades claves en nuestra vida.. Ellas señalan el inicio de muchas cosas que nos marcarán para siempre. Cuando cumplimos los 34 comienza ya nuestro lento declive físico; hay claras pruebas biológicas de esto. Por supuesto apenas percibimos la fatiga de materiales, pero si comparamos los niveles de proteínas en el plasma sanguíneo con un año antes ya se nota la bajada..
Al cumplir los 60 años comienza otra penosa etapa; primordial diría yo, porque a partir de ella se inicia realmente lo que podemos llamar sin rubor envejecimiento. Aparecen ya las primeras enfermedades propias de este lamentable proceso; disminuye la masa ósea y el deterioro físico y cognitivo enseña la patita.. 

Y luego viene el fatídico 78 aniversario de vida, Aquí el bajón es ya  muy considerable. Algunos órganos están ya para el arrastre y empiezan a fallar. Y pasa que es como una reacción en cadena, los fallos orgánicos de unos afectan a otros y así hasta el final a no mucho tardar, ¡qué perra vida!. Sin embargo, como ya hemos dicho hay gente que presenta una edad biológica menor que la cronológica, es decir, aparenta menos años de los que tienen, y estos suertudos llevando una vida ordenada pueden retrasar el envejecimiento unos cuantos años..
¿Pero cómo sabemos nuestra edad biológica?. Hay dos maneras: O le preguntas a un amigo sincero cuántos años te echa, o le haces caso al Instituto Nacional de Envejecimiento de los Estados Unidos (aunque no lo lo crean existe un organismo dedicado a esto) que dice que hay varias formas de averiguar la edad real de un individuo y lo que le resta por vivir, más o menos.. 
En un simple análisis de sangre podemos saber la edad telómerica (la longitud de los telómeros de las células). Según sean de cortos estaremos ya muy expuestos a diferentes enfermedades como la diabetes, el cáncer o problemas cardiovasculares. Éste es el más exacto de los métodos para saber cuánto nos queda en este ingrato mundo. Aquí en España tenemos una de las científicas más eminentes en estos asuntos, María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas; de ella extraigo este articulo..
Otro método para saber nuestra edad biologica es la llamada proteínica, y depende del nivel de proteínas en el plasma sanguíneo; también es muy fiable. Luego está el epigénetico y el inmunólógico, y por supuesto el cronológico (la edad por el año nacido). Aunque este último método ya hemos adelantado que quizás sea el menos fiable de todos, ¿cuánta gente no aparenta la edad que tiene, o al revés, pareciera que tiene más edad de la que tiene?. Pues muchas..
Resumiendo, esto que solemos decir a menudo de que lo importante es sentirse joven, al final resulta que una verdad como un templo. Una cosa es la edad que nos dijo nuestra madre que tenemos por nacimiento y otra es la que tengamos realmente por dentro según nuestras células, y que también se nota por fuera.. A veces la diferencia llega hasta los diez años.. Tengo una pareja amiga, ambos con 70 años, y os aseguro que él pareciera el padre de ella, física y anímicamente.. En fin, olvídense del calendario, háganse la prueba biológica, o pregunten aun buen amigo cuántos años les echan...
Joaquín

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