martes, 31 de marzo de 2020

No perdamos la cabeza...



Amiga:
¡Qué sabes tú del verdadero amor!.
Quizás si del amor fugaz
que llega, degusta y huye.
O de ese otro que impronta,
seduce y engaña.
Y hasta del amor sereno que tarda,
arraiga y muere..
Pero nada sabes del que hiere,
del que duele, del que arde en tus manos
y no puedes soltar.
Ni del amor insoportable que invade tu alma
y te llega a matar..
--Joaquin--


Todos sabemos que no podemos vivir sin cabeza, eso es obvio pero, exactamente durante cuánto tiempo puede una cabeza palpitar después de ser cortada de un tajo. Pues aunque no se lo crean se han hecho estudios para eso. Durante la Revolución Francesa que se decapitó a miles de personas llegaron a la conclusión que entre tres y siete segundos puede el cerebro seguir funcionando. Y no crean que es fácil hacer desprender la cabeza del resto del cuerpo, por ejemplo la reina Maria Estuardo de Escocia necesitó tres hachazos, y eso que era de cuello delicado. Algunos observadores de ejecuciones afirmaban haber presenciado signos de consciencia en cabezas recién cortadas. Se decía que Charlotte Corday, guillotinada en París por haber asesinado al líder revolucionario Marat, mostró una expresión de furia y mala leche cuando el verdugo alzó su cabeza ante los vítores de la multitud enfervorizada; ¿se lo imaginan?..
Barnad Davies fue un medico que se hizo muy famoso en el siglo XIX por ser un estudioso de cráneos y cerebros humanos; escribió varios libros sobre sus conclusiones. Llegó a estudiar y coleccionar más de 1.800 cabezas de gente de todo el planeta. Pero el tío era un racista de tomo y lomo, aunque en aquella época casi todos los europeos del centro y norte lo eran. La ambición de Davies era demostrar que las personas de tez oscura tenían un cráneo diferente a los nórdicos. Y hasta se empeñó en que las hendiduras cerebrales eran diferentes. A la tumba se fue, el pavo, con ese error.
Otro que tal baila fue el francés Pierre Paul Broca. Éste se hizo muy famoso por descubrir la parte del cerebro donde encuentra el centro del habla. Incluso a esa zona del cerebro le llaman el Área de Broca, en su honor. Este buen hombre se tiró toda su vida asegurando que el cerebro de las mujeres, el de los criminales y el de los extranjeros de piel oscura eran más pequeños que los del resto. Nunca le dio por pensar que las mujeres son más pequeñas que los hombres y por lo tanto su cerebro también pesa menos. Los alemanes, "siempre tan humildes", le replicaban que el cerebro de un alemán pesaba 100 gramos más que el de un francés.. En fin, como era tan famoso, cuando murió le pesaron el suyo y resulta que era más pequeño que la media.. Evidentemente hoy sabemos que la inteligencia no se mide por el tamaño de la cabeza (entonces yo sería Einstein), sino por la cantidad y calidad de las conexiones neuronales..
Menos mal que llegó Darwin y nos sacó de duda. Vino a decirnos que todas las personas, independientemente de su raza, comparten una herencia común. Darwin también descubrió lo que todos los bebés saben de manera instintiva, que el rostro humano es extremadamente expresivo e instantáneamente cautivador. Podemos tener del orden de 5.000 expresiones diferentes. Más de cuarenta músculos intervienen en la expresión facial, ¡ahí es nada!.. Tenemos regiones enteras del cerebro dedicadas exclusivamente a reconocer rostros..
En la década de los sesenta Paul Ekman, profesor de la Universidad de California decidió probar si las expresiones faciales eran universales, habiendo pueblos en el planeta que jamás habían contactado unos con otros, y llegó a la conclusión que seis eran las universales. Es decir, absolutamente todos utilizamos para los mismos fines: el miedo, la ira, la sorpresa, el placer, la repugnancia y la tristeza. La mas universal de todas es la sonrisa. Nunca se ha encontrado una sociedad que no responda a la sonrisa del mismo modo. La sonrisa es la única expresión genuina que no podemos fingir. Podemos hacer que la boca sonría, pero no que los ojos brillen con fingida alegría.
Y más cosas.. En comparación con otros primates nuestra cabeza es extraña. Tenemos la cara plana, la frente alta y nariz protuberante. Las cejas, tan pequeñas, más que para evitar que nos entre el sudor en los ojos están ahí para transmitir sentimientos. La de cosas que podemos expresar con las cejas. 

No sé si lo saben pero el misterio de la Mona Lisa de Leonardo se da precisamente porque la moza no tiene cejas. Las pestañas no sólo pueden evitar que entre polvo en los ojos, quizás sea otro rasgo de belleza y atracción. ¿Y la nariz? Lo normal sería que tuviéramos hocico como todos los primates y sin embargo la tenemos prominente y redondeada; también es otro aspecto atrayente y exclusivo de los humanos, además de servirnos para evitar sobrecalentamientos al correr largas distancias. 

Por cierto, lo del mentón es reconocido por la ciencia que no nos vale para nada, sólo es una parte más de la belleza que buscamos. En general toda nuestra cara está diseñada para gustarnos unos a otros; cosa que al resto de animales les importa un pepino; ellos se atraen por otras cosas.. En fin..
Joaquín


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