¿Era esto el Apocalipsis?
Amiga..
Ahora
que pasó el temporal de lo nuestro
y
las aguas bajan ya calmadas,
me
pregunto si quizás fuera mejor así.
Porque
a ti te seducen las miradas indiscretas.
Y
yo fui un iluso que pretendí que fueras
sólo
para mi..
--Joaquín--
Es
tan tremendo todo lo que está pasando con lo del coronavirus
que va a marcar una época, se lo aseguro. Supongo que será (al
menos para los españoles) como esas grandes catástrofes que nunca
se olvidan. Habrá un antes y un después..
Dentro
de unos años nos acordaremos de estos aciagos días igual que nos
acordamos de los atentados del 11 de Marzo en Madrid. Incluso
cuando nos pregunten en el futuro qué estábamos haciendo cuando lo
de la epidemia, apuesto que todos lo recordaremos con pelos y
señales..
Madrid
está parado, vacío. Voy por las calles y pareciera que una bomba
nuclear ha caído en mitad de la Castellana. La gente se
refugia en sus casas, es un ambiente raro, inusual en una urbe que
bulle escándalo y vocerío por doquier y a cualquier hora del día,
incluso de la noche. Las noticias que nos llegan (y abruman)
procedentes de los ámbitos médicos, sociales o gubernamentales, son
contradictorias y se suceden a cada minuto; lo que hace que la gente
se acojone por momentos.
Hablan
de cerrar Madrid, que es el sitio donde más infectados hay
con diferencia, pero ni saben cómo hacerlo ni se está seguro de que
sea una medida efectiva. Las consecuencias de salud ya lo estamos
viendo, unos 84 muertos van ya (la mayoría gente mayor y con
patologías previas eso es verdad) y el miedo es libre.. Luego hay
otra consecuencia también gravisima, aunque sus efectos los
sufriremos a medio y largo plazo, me refiero a la económica..
La
bolsa ha pegado un pepinazo tal que ha perdido casi la mitad
de su valor. Y no crean que por que no tengan acciones no van a
sufrir, cualquier fondo bancario que se tenga vale ya bastante menos
que hace unas semanas. Además las graves perdidas que sufrirán las
grandes y medianas empresas que cotizan en bolsa repercutirán muy
negativamente en todos nosotros más pronto que tarde. Sin contar,
claro está, el cierre parcial de los miles de negocios de ocio de la
capital, como restaurantes, teatros, cines y demás espectáculos..
Y
luego otra cosa, qué me dicen del trauma psíquico-social de la
población, porque ya me dirán sin poder salir a bares, ni a
bailes, ni a restaurantes estos próximos dos o tres fines de semana.
Tampoco recomiendan pasear por calles y plazas concurridas, ni
saludar, ni abrazar y menos besar, ¡qué va a ser de nosotros!.. Y
los niños en casa, ¡Dios mío qué perspectiva! Seguro que
se incrementan hasta los divorcios, sino al tiempo.. Yo me voy al
pueblo, aunque quizás ya ni me dejen entrar por presunto apestado..
Supongo
que en esta vida no todo iba a ser de color rosa. La mayoría de las
generaciones que nos han precedido han sufrido en sus carnes guerras
civiles, hambrunas, pestes, grandes terremotos o cualquier otra
calamidad, y claro los de mi edad nada de eso hemos visto, y ya nos
tocaba algo gordo. Sepan que desde que nací, y de eso hace ya casi
seis décadas, jamás ningún sobresalto desmesurado que no fuera de
carácter personal ha padecido mi corazón; si acaso asuntos como la
muerte de Franco, el golpe de estado de Tejero, algunos
atentados de la ETA o lo más reciente de Cataluña, y no son comparables. Así que
ya tocaba. Ojalá, sólo sea esto. Y esto, por cierto, no sea tan grave y duradero
como algunos predicen.. En fin..
Joaquín
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