Un poco más allá del sexo..
Amiga...
No
fuiste consciente entonces,
pero
aquello marcó mi vida.
Si,
lo sé, eramos muy jóvenes
Yo me equivoqué muchas veces;
vivía
la insensatez de mis veinte años.
Tú
buscabas otra cosa; quizás una madurez
que
yo no supe darte.
Y
es que a pesar de la hermosa frivolidad
de
tu adolescencia, sabias ya del amor..
--Joaquín--
Hubo
una vez en la antigua Grecia una cortesana o Hetaira (prostituta de
lujo), Mnesarete se llamaba; era tan guapa que según las crónicas
de época quizás fuese la mujer más hermosa de la historia de ese
país. Sirvió de modelo al gran escultor Plaxíteles para
realizar la famosa “Venus de Cnido”. También inspiró al pintor
Apeles para su “Afrodita”.
Un
día Mnesarete rechazó al rico ciudadano Eutías que quería yacer
con ella Éste, indignado, la denunció por impiedad; lo peor que
podían acusar a un ciudadano griego en esa época. Durante el
juicio, su abogado defensor viendo que los argumentos no valían para
exculparla, le dijo que se desnudara, y dirigiéndose al jurado les
previno: “Olvidad si os parece los anteriores argumentos” ¿No
lamentaréis condenar a ésta Diosa?..Tan convincentes fueros sus
palabras y tan hermosa la visión del cuerpo de la chica que salió
absuelta.
Supongo
que esto del sexo, en la mayoría de la gente debe ser, imagino, una
necesaria prioridad entre los quehaceres cotidianos, pero hay excepciones; para algunos individuos el sexo lo
es todo. Pero nada más lejos de mi intención criticar voluntades,
allá cada cuál con su deseos y apetencias, faltaría más. Incluso
éstos están de suerte, hoy en día hay terapias que ayudan a
superar esta, digamos erótica-adicción. Antiguamente
no era así; miren qué historias más curiosas...
No
sé si habrán oído hablar de la gran Lola Montes, la famosa
bailarina y cantante del siglo pasado. A pesar de que ella aseguraba
haber nacido en Sevilla, realmente lo hizo en Irlanda, aunque su
madre era andaluza. Era muy bella y ya desde pequeña se dio cuenta
que podía sacar buen provecho de su maravilloso cuerpo. Tuvo
infinidad de amantes. Gente importante de toda Europa se la rifaban,
como el compositor Franz Liszt, Alejandro Dumas, el escritor, o nada
menos que el rey Luis I de Baviera, que se enamoró de ella hasta las
trancas.
Pero
no solo era bella, sino que fue mejor amante. Una vez éste rey le
contó a un escritor amigo suyo que: “la Montes podía
realizar milagros con sus partes intimas inferiores”. Se convenció
de ello cuando logró que tuviese diez orgasmos en un periodo de
veinticuatro horas. Y mirad cómo se las gastaba la guapa Lola,
que una vez rechazó acostarse con el virrey de Polonia, nada menos,
porque tenia dentadura postiza. Y no le faltaba razón a la
moza...
Lo
de Charles Dickens, el mejor escritor inglés de la historia,
también tiene migas la cosa. No solo se acostaba con su mujer, Kate,
cosa lógica, sino que lo hacía con las dos hermanas de ésta, Mary
y Georgina. Vivían todos juntos en la misma casa... Ignoro si estos
regocijos carnales eran consentido por todas ellas
Y,
qué me dicen del enemigo público número uno de Los Estados Unidos,
John Dillinger. Éste delincuente, el más buscado por la
policía, fue muerto a tiros en 1934. Pues resulta que cuando fueron
a hacerle la autopsia el compadre tenía un miembro descomunal;
media, pásmense, 33 centímetros, y no me refiero a su pistola,
precisamente. Y es que teniendo en cuenta que la media del común de
los mortales masculinos es de unos 15 cmts. No digo más; mejor me
callo...
Otro
que tampoco la tenia pequeña fue el memo de Fernando VII.
Pero la historia de éste patán es más conocida. A la pobre María
Cristina le aconsejaron que usara una almohadilla con un agujero en
el centro y se la colocara en la vagina cada vez que tuvieran
relaciones. Claro, que otra cosa sería el brío de ese pene, teniendo
en cuenta que su dueño estaba ya hecho una piltrafa...
Mucho
más placentera fue la vida sexual de nuestro insigne Lope de
Vega. Éste fue excesivo para todo; para escribir, para vivir,
para el sexo, en fin... Se le reconocen docenas de amantes e hijos.
Fíjense si fue garañón el tío que con más de sesenta años se
amancebó con una chica de veinte, Marta Henares que le dio otro
hijo, y después con Jerónima Burgos, otra jovencita. Para tapar su
vergüenzas amatorias se metió en un convento, pero no crean que
acabaron aquí sus andanzas sexuales, ¡Qué va! Él "pavo"
siguió conquistando, y amando hasta el final de sus días. Lo dicho,
los hay que nacen con estrellas...
Joaquín
Yerga
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