Vino a
verme un amigo, y a mí mismo
me
preguntó por mí; ya en mí no queda
más
que un reflejo mío, como guarda
la
sal del mar la concha de la orilla.
Siento la
coz de los caballos, siento
las
ruedas de los carros; mis pedazos
palpo:
ya no soy vivo: ¡ni lo era
cuando el
barco fatal levó las anclas
que me
arrancaron de la tierra mía! –
--José Martí--
En el siglo XIII, el emperador alemán Federico II, llevó a cabo un experimento:
Con el fin de averiguar cuál era el idioma innato en el hombre, ordenó separar de sus progenitores a unos cuantos niños recién nacidos y encerrarlos en una estancia al cuidado de unas nodrizas sordomudas, a las que prohibió todo contacto con las criaturas más allá de la asistencia de sus necesidades básicas.
¿En qué idioma creéis que interactuaron los niños? ¿Qué sonidos emitieron las pobres criaturas para sobrevivir? Pues..
Nada de esto pasó. Naturalmente, el emperador nunca llegó a saber en qué idioma hablarían puesto que todos ellos murieron a las pocas semanas ¿Sabéis de qué murieron?.. De soledad..
Sí, la ausencia de contacto humano y la falta de vínculos emocionales, hizo imposible a los niños la vida.
Tomad nota: La soledad es, posiblemente, la primera experiencia subjetiva no física que manifiesta el ser humano y, para muchos viejos, la última..
En fin.
Joaquín
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