Estoy muy
mal... Sonrío
porque el desprecio
del dolor me asiste,
porque aún miro
lo bello en torno mío
y... por lo
triste que es el estar triste.
Pero
ya la fontana
del sentimiento
mana
tan lenta y silenciosa, que su
canto,
sonoro, otrora, como risa, es
llanto.
--M. Machado--
No perdáis de vista (los próximos a emparejarse) este conjunto de reglas para el buen convivir. Lo leí en un viejo libro de reglas de urbanidad que encontré en el trastero.. ¡Reglas de urbanidad! ¡Qué os parece!..
Ahí van:
--Cuando eliges a una mujer trabajadora, tienes que aceptar que no pueda ocuparse de la casa.
--Si eliges a una ama de casa que pueda cuidar de ti, de los hijos y gestionar el hogar, tienes que aceptar que no gane dinero.
--Si eliges a una mujer débil y obediente, tienes que aceptar que dependa de ti y asegurarle la vida
--Si decides estar con una mujer de fuerte carácter, tienes que aceptar que sabe lo que quiere y admitir su propia opinión.
--Si eliges a una mujer excesivamente hermosa, tendrás que soportar grandes gastos y evitar celos.
--Si decides estar con una mujer de éxito, tendrás que tolerar sus propios objetivos y ambiciones.
No existe la perfección. Cada uno tiene su propio enigma que nos hace únicos.
Esta especie de, decálogo para un buen matrimonio, pudiera parecer antediluviano, de épocas más machistas, pero, en el fondo, no deja de ser verdadero. La bendita diferencia es que ahora se le puede aplicar a él o a ella.
En fin.
Joaquín
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