Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques,
que ya te habré olvidado.
--Neruda--
Emocionalmente un día toqué fondo, casi. Una serie de coincidentes circunstancias me afectaron negativamente.
A punto ya de tirar la toalla, aquella larga noche de insomnio (otra de tantas) reflexioné profundamente. A la mañana siguiente tomé unas determinaciones:
Eliminé la necesidad de tener a alguien que me acompañe en mis planes (cancelaba actividades por no contar con quién me acompañara). Empecé a moverme sólo por la vida como un lobo solitario, y a aprendí, Uy que si aprendí..
Dejé de buscar la motivación, y comencé a actuar incluso sin ella. Entendí que no hay que motivarse para actuar, sino actuar para motivarse.
Dejé de hablar con personas tóxicas que tanto me estaban perjudicando.
Dejé de preocuparme por lo que pensaran de mí, y me lancé a ir por lo que realmente quería sin importarme lo que dijeran.
Dejé de discutir sobre temas irresolubles. Entendí que mejor dialogar, incluso pasar del tema si fuese menester.
Eliminé la manía de dejar de actuar por miedo. Ahora siento miedo igual al hacer algunas cosas, pero las hago
Dejé de improvisar, y empecé a planificar cada día de mi vida. Ya no me marco grandes metas que nunca cumplí, sino pequeñas y alcanzables: leo, bailo, paseo, miro, admiro, sonrío, saludo.
Por cierto, quizás os suene a ñoño todo esto, pero a mi me vale.
Joaquín
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