domingo, 14 de mayo de 2023

El tipo que temía a la noche

                                                                                       



Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.

--Manuel Machado--



Inventar la luz nos permitió a los humanos conquistar un territorio que no nos era propicio, el de la oscuridad de la noche. Podemos decir que estamos adaptados a vivir al amparo de la luz.

Pero cuando estamos despiertos y en estado de alerta más allá de las doce campanadas ¡Oh!, el cerebro se transforma, la mente humana se vuelve más susceptible a pensamientos negativos y a comportamientos destructivos. Si, pensadlo, se producen cambios, todo se altera.

Un estudio reciente ha descubierto que si ajusta la cantidad de personas que están despiertas en un momento dado, estadísticamente es más probable que ocurran suicidios y asesinatos durante las horas de la noche .

Una noche despierto hace que el reloj circadiano se desajuste y nos volvamos más pesimistas. La actividad neuronal de nuestro cerebro cambia en el transcurso de 24 horas, lo que genera diferencias en la forma en que procesamos y respondemos al mundo.

El afecto positivo está en su punto más alto durante la mañana, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con la vigilia, y en su punto más bajo durante la noche, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con el sueño.

Paralelamente, el afecto negativo (la tendencia a ver la información bajo una luz negativa o amenazadora) es más alta durante la noche.

Durante la noche, de repente la visión del mundo se nos estrecha y se vuelve más negativa, comenzamos a tomar malas decisiones y es posible que el mapa mental que creamos del mundo que nos rodea ya no coincida con la realidad. En definitiva, todo es más intrigante y peligroso durante la noche..

Ufffff, menos mal que a mi todo esto me pilla dormido.

Joaquín




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