miércoles, 31 de mayo de 2023

Hay quien dice que fue su amante

                                                                                 




      

Llegan Jesús y sus discípulos a un hostal para la Última Cena. Uno de ellos le dice al encargado:

Mesa para veintiocho personas, por favor.

El encargado los ve, los cuenta y replica:

Pero si solamente venís trece.

---Es que nos vamos a sentar todos en el mismo lado.

                                                      .


Perdonad esta pequeña broma acerca del cuadro de la Última Cena, de Leonardo da Vinci, pero os quiero contar algo al respecto y no sabía cómo empezar.

Es curioso, estamos tan acostumbrados a mirar el cuadro y hemos asimilado de tal manera la disposición de los comensales, que no le hemos prestado atención a que están todos de frente, como dispuestos a ser retratados. Lo lógico es que estuvieran sentados unos enfrente de otros..

El cuadro representa la última reunión que tuvo Jesús con sus discípulos horas antes de ser aprehendido. Para ser más específico, Leonardo imagina el momento justo en que Jesús revela que uno de sus fieles seguidores (Judas) lo va a traicionar, lo que desata una ola de sorpresa e indignación alrededor de la mesa

Si observamos con detenimiento podemos creer que el apóstol numerado con el seis (contando de izda. a dcha.) es una mujer. Se trataría de María Magdalena, quien es retratada en la Biblia como alguien muy especial para Jesús.

La afirmación de Jesucristo: «uno de vosotros me traicionará» causa consternación en los doce apóstoles, y ese es el momento que Leonardo representa, intentando reflejar las distintas reacciones individualizadas de cada uno de los doce: unos se asombran, otros se levantan porque no han oído bien, otros se espantan, y, finalmente, Judas retrocede al sentirse aludido.

La pintura se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente, en el refectorio del convento de Santa María delle Gracie, en Milán (Italia).

Por cierto, María Magdalena, a la que algunos historiadores consideran amante de Jesús, incluso su esposa, fue la última en abandonar la cruz una vez crucificado y la primera que lo vio y habló con él ya resucitado; no me explico, por tanto, como no se le ha dado un papel más relevante en la Iglesia. 

Joaquín






martes, 30 de mayo de 2023

¿Y qué crees tú, Joaquín, que más gusta a las mujeres de un hombre?

                                                                                       


Una vez, hace ya mucho tiempo, me dijo una chica fuentecanteña muy amiga mía, que le encantaban las espaldas masculinas, de esas que no puede abarcar con sus dos brazos. 

---Sí, Joaquín, te aseguro que los hombros fuertes y anchos siempre los he considerado como una señal inequívoca de fuerza y masculinidad.

Tuve que darle la razón, claro. Bien, pues esa misma chica que admiraba los hombros anchos en los varones, me dijo después que en lo más erótico en que se fijan las mujeres es en la boca de un hombre.

--¿A quién no le gusta besuquear unos labios carnosos y jugosos?---reiteró cachondona ella---o las manos, Joaquín, me encanta mirar las manos masculinas. Unas manos cuidadas, fuertes y con dedos largos, porque las manos se asocian también al tamaño de ciertos órganos, jajaja.

Y se quedó tan ancha. No le faltaba razón a mi amiga y, aunque no se puede generalizar, recuerdo que tiré de tópicos al preguntarle yo:

--¿Tú también eres de las que crees que los hombres lo primero que nos fijamos en una mujer es en su culo y en sus tetas?

--Pues sí, lo creo, jajaja---contestó entre risas 

Cierto es que su respuesta me dio argumentos para salir del atolladero. Temí que la cosa derivara en el feminismo, y ahí estoy perdido.

 --¡Qué mal pensada eres!--la regañé---pues no, a los hombres, en general, nos gusta que las mujeres sean muy femeninas, es verdad, pero también miramos sus ojos--- recalqué concluyente

No se amilanó, sino que volvió a la carga:

--¿Y qué crees tú, Joaquín, que nos pasa a las mujeres cuando tenemos delante a un hombre? ¿Miramos si es alto o bajo, gordo o flaco, o su mirada, como tú dices?. 

Dudé. Lo fácil hubiera sido decirle que lo último, y así quedar bien. Menos mal que no lo hice, porque se me adelantó:

--Jajaja, no pienses tonterías. Igual que vosotros, a nosotras nos gusta mirar vuestro trasero. Además nos fijamos cómo os quedan de ajustados unos buenos vaqueros, ¡claro que sí!---confesó desatada

Nos entendimos, no quedaba otra, los dos fuimos a lo de siempre, que en realidad es lo normal tratándose de machos y hembras. La conversación se fue luego por derroteros más personales.

Por cierto, la tarde, porque fue una tarde aquella de la conversación, acabó de maravilla, paseamos por el pueblo y al anochecer se empeñó en ver mi trasero, y yo quise enseñárselo con mucho gusto. Pero eso fue ya en la intimidad de la habitación de un hotelito de Zafra.

Joaquín


                                                                          









Fijaos lo que me dijo mientras veíamos una película

                                                                                     


Me traía loco aquella chica, y no es porque fuera atractiva, que lo era, ni interesante, la que más, es que la tía lo tenía todo. Eso sí, un defectillo portaba: era más que vanidosa, se gustaba que era un gusto, y perdonad la redundancia.. Fijaos con lo que me vino un día mientras veíamos una película en el cine de mi pueblo:

---En realidad, Joaquín, eso de que la belleza es relativa no es del todo cierto, puesto que todos sabemos identificar lo que es bello y lo que no lo es. 

Y me lo decía ella, que era guapísima. Supongo que querría que le repitiera una vez más lo hermosa que era. A mi se me ocurrió preguntarle una bobada, pero una bobada que me intrigaba:

---¿Qué buscáis las mujeres en los hombres?---le susurré al oído esperando oírle decir algo a mi favor---¿Un hombre en el que se pueda confiardivertido y elegante?. 

Qué le gustó esa pregunta; se me explayó la mujer, pero no creáis que se cortó un pelo, se acercó más a mi y, rozando su boca a la mía, me dijo:

---Pues sí, Joaquín, por ahí van los tiros. Y también buscamos tíos fieles, amables, íntegros moralmente y que tenga instinto paternal. Además deben tener sentido del humor, inteligentes y generosos. 

Sonreí, qué remedio, menuda lista de virtudes. Solo le faltó decir que el tipo que busca debe saber escuchar, ser bueno en la cama, que sepa cocinar y con buen potencial financiero. No se lo dije. En cambio...

---¿Y de lo físico?---le pregunté---dime: cuál es el principal atractivo masculino para vosotras.

Casi babea de placer. Deseando estaba soltarme lo que me soltó: 

---Pues no te lo vas a creer---me sopló a la oreja---pero lo que hace más atractivo a un hombre son sus piernas, qué te parece, Son atractivos los hombres que tienen las piernas cuya longitud supone aproximadamente la mitad de su altura. 

Lo que me faltaba por oír. Me acordé de las suyas que no tenían fin.. pero no pude evitar echar un vistazo a las mías, estiradas cuan largo era en la incómoda silla de madera del cine.. Las vi normales. 

Con esto que acabo de contar terminó la película. Estábamos casi solos en la sala. Encendieron las luces, nos levantamos y salimos a la calle. 

Y hablando de piernas, andando fuimos hasta su calle, a las afueras. Allí, en un portal contiguo a su casa nos dimos el lote. Luego la perdí de vista camino de su puerta.

Joaquín




                                                            


                                                                         








lunes, 29 de mayo de 2023

Bajo la luz de un Sol generoso

                                                                                            



¿Ambición? No la tengo. ¿Amor? No lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido.
Ni el vicio me seduce ni adoro la virtud.

--M. Machado--


¿Os imagináis que el Sol desapareciera de golpe? ¿Lo habéis pensado alguna vez.

¡Uy, si el sol desapareciera, la vida en la Tierra se volvería rápidamente imposible!.

Lo primero que notaríamos es que el cielo se oscurecería. Los últimos rayos de luz solar llegarían a la Tierra aproximadamente ocho minutos después de la desaparición del sol. Después de eso, solo veríamos la tenue luz de las estrellas y los planetas.

Lo segundo que notaríamos es que la temperatura caería rápidamente. Sin el calor del sol, en menos de una semana la temperatura promedio de la superficie terrestre caería por debajo de los 100 grados bajo cero; los océanos se congelarían.

Lo tercero que notaríamos es que las plantas y los animales morirían. Sin luz solar, la fotosíntesis se detendría y las plantas se marchitarían y se descompondrían. Los animales que dependen de las plantas como alimento morirían de hambre.

Lo cuarto que notaríamos es que la Tierra se alejaría de su órbita. Sin la gravedad del Sol, la Tierra se desplazaría en línea recta hacia el espacio; posiblemente sería tragada por un agujero negro.

Algunos humanos podrían sobrevivir por un tiempo utilizando fuentes artificiales de calor, luz y alimentos, como reactores nucleares, plantas geotérmicas o cultivos hidropónicos. Sin embargo, estos recursos serían limitados y difíciles de mantener. 

En definitiva, los humanos no podríamos sobrevivir sin el sol durante más de unos pocos años, como máximo.

Joaquín


domingo, 28 de mayo de 2023

El secreto de una buena amiga

                                                                                   



Y es que tu boca alegre me inspira un beso triste,

y en tus ojos cercanos veo un mirar ausente,

porque sé que algún día, lo mismo que viniste,

te me irás de los brazos, inesperadamente...

--J. A. Buesa--


A través de la ventana veíamos a su marido dando caladas a su cigarrillo compulsivamente. Ella lo señaló con el dedo y me hizo un gesto de complicidad; nos reímos al verlo; estaba ridículo. Conversábamos los dos en la barra del bar de la Estación. Su marido, el ridículo, había salido a la terraza a fumar. 

Hace tiempo que nos conocemos ella y yo; es amiga de mi mujer y, quizás fuera por la imagen decepcionante que proyectaba su marido dando chupadas al pitillo sin parar, el caso es que sorpresivamente me dijo:

---Te voy a confesar un secreto, Joaquín: hace poco le dije a mi marido que no me excitaba con el simple hecho de verlo desnudo, no es atractivo, y me parece algo incómodo que sea tan directo a la hora de invitarme al sexo, porque a mi lo que realmente me estimula es que me susurre palabras al oído.

Quedé estupefacto. Es verdad que llevábamos ya dos cervezas, pero nunca me había hablado con esa confianza. ¡Qué morbo me dio que me dijera esas cosas!.. Egoístamente pensé en todo lo que podía sonsacarle con nada que le tirara de la lengua.

Ella notó mi desconcierto, pero no se amilanó, sino que siguió hablando:

--Sí sí, no te extrañes---prosiguió---yo no creo que un hombre desnudo sea tan atractivo para una mujer como a la inversa, una mujer joven desnuda para un hombre, y lo creo en serio 

Por un instante imaginé mi cuerpo desnudo y le di la razón, a regañadientes. Luego pensé, ¿no se me irá ésta a salir ahora del armario?.. :Pero rápido deseché la idea, pues, ¿por qué a mi y no a otra mujer (a la mía por ejemplo) le iba hacer semejante confesión?.

--¿Y cómo sabemos realmente de nuestros gustos sino lo probamos todo?---me atreví a preguntarle sin mucha convicción

Quise ponerla a prueba, ver por dónde salía. O me mandaba a la mierda o se lanzaba y se explayaba. La cosa se animaba.

---Pues no sabría decirte, Joaquín---dudó ella, para mi extrañeza---si quieres que te sea sincera, de adolescente tuve mis dudas en cuanto a mis apetencias sexuales, aún las tengo---concluyó

¡Ay, madre, que aquí hay tomate!, pensé casi babeando de placer.

Pero me quedé con las ganas del éxtasis final; el camarero se presentó ya con la tercera copa y, aunque mi amiga estaba desatada y era cuestión de tiempo descubrir el pastel, no hubo manera. Llegó también su marido y tuvimos que dejar la conversación. 

Vi su cara contrariada al verlo aparecer. Señal de que pensaba sincerarse totalmente conmigo esa tarde.

Esto pasó hace cuatro días. Aun busco la ocasión de quedar con ella y me pueda contar el resto. Pero no es fácil cogerla sola, os lo aseguro, y menos con dos cervezas de más. A mi mujer nada le he dicho, por si acaso..

Ya os diré..

Joaquín






sábado, 27 de mayo de 2023

Pues nada, Joaquín, llévame al médico enseguida

                                                                                       


Aquella noche la vi alterada y eso me preocupó. Me dijo que posiblemente padeciera histeria femenina. Me asusté, claro, y le pregunté: 

---¿Y qué es eso, Marta?.. 

---Bueno---me dijo---creo que es una supuesta enfermedad que padecemos las mujeres y se manifiesta con desfallecimientos, retención de líquidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, insomnio, pérdida del apetito, nerviosismo, irritabilidad, agresividad. O sea, justo lo que yo tengo.

---¿Y qué podemos hacer?

---Pues nada, Joaquín, llévame al médico. Seguro que, tras un examen, éste decida que padezco..., pues eso, histeria femenina. Además, como ya existe algún remedio que otro para combatir esta supuesta enfermedad, así como una serie de tratamientos, entre ellos el masaje pélvico, pues que el médico me masajee el bajo vientre con el objetivo de conseguir lo que antes se llamaba paroxismo pélvico, es decir, un orgasmo

Y el médico se pone manos a la obra.

Por cierto, el tratamiento este del masaje pélvico se hizo tan popular hace un tiempo, fueron tantas las mujeres que acudieron al médico para someterse a él y quedaban tan calmadas, que tuvieron que crear un aparato especial.

El artefacto en cuestión emitía vibraciones rítmicas y masajes. Al principio, las mujeres adineradas o de buena familia lo guardaban en sus casas por si aparecía algún que otro brote de histeria.

Y así se creó uno de los primeros vibradores de la historia.

Pues si, chicas, lo habéis adivinado, esta supuesta patología que padeció mi ya ex-mujer, no es más que una tontería, un desorden proveniente del puritanismo extremo y de una marcada represión sexual que impedía a las mujeres desahogarse, incluidas las casadas.. En otra época, claro..

En fin

Joaquín                                

             Así era masaje pélvico. Supongo que ellas quedaban super relajadas. El médico también






Sherlock Holmes en Fuente de Cantos

                                                                                       



A veces, lo más bello de la vida

no es lo más bello: es lo que más se ama.

Si después sopla el frío en esa llama,

lo más bello es aquello que se olvida...

--José Ángel Buesa--


En 1874 ya estaba Sherlock Holmes y su ayudante el doctor Watson resolviendo asesinatos en Londres. Bien podrían haberse pasado entonces por Fuente de Cantos y aclararnos ciertos homicidios aquí ocurridos. Fijaos:

Un preso cuyo nombre no trasciende, muere asesinado en la cárcel de Fuente de Cantos; corría el mes de marzo del año 1874. Era el final de una serie de terribles acontecimientos.

En Fuente de Cantos no tenemos cárcel, ni calabozo ni cuartelillo siquiera; ha cambiado mucho el cuento, pero si la tuvimos una vez, y bien repleta de presos. Con deciros que sobre ese año señalado de 1874, unos 200 presos entraban o salían de ella.

Diego Armenteros, un tipo de Alburquerque que había sido detenido por la Guardia Civil en una de sus rondas cerca de Sevilla, en su traslado a Badajoz pasó la noche en la cárcel de Fuente de Cantos; de ahí no salió vivo, un navajazo acabó con su vida. Esto pasó poco antes de la muerte del preso anónimo anterior.

Pero no para aquí la cosa, apenas unos días después del asesinato de Diego, a Reyes Suarez Matamoros, una chica de 32 años y natural de Badajoz, la asesinaron vilmente en un descuido de la autoridad competente. Sufrió heridas mortales producidas por un cuchillo de grandes dimensiones durante una reyerta carcelaria. Posiblemente ocurrió en el patio, donde se mezclaban hombres y mujeres.

La pregunta que me hago es: ¿tenían conexión esos tres asesinatos ocurridos en tan corto intervalo de tiempo? ¿Hubo celos?.¿Venganzas?. ¿Simples coincidencias? Nada se sabe porque nada dicen los documentos. ¡Aquí quería ver yo a Sherlock Holmes!.. 

No obstante, qué vida aquella, la de final del siglo XIX y principios del XX en la cárcel de Fuente de Cantos. No hubo motines, que se sepa, pero sí asesinatos y homicidios a tutiplén.

En fin, no nos faltó de nada

Joaquín

                                                                        

            Entrada al "Rincón" al fondo la antigua cárcel y su patio, donde tomaban el sol los presos

                                                                                

                  Antiguo patio de la cárcel, después recreo de la escuela y ahora ambulatorio

                                                                           

        Antiguo Convento de Concepcionistas, después entrada a la cárcel y ahora Casa de Cultura




viernes, 26 de mayo de 2023

Propósito de enmienda

                                                                                     


Emocionalmente un día toqué fondo, casi. Una serie de coincidentes circunstancias me afectaron negativamente. 

A punto ya de tirar la toalla, aquella larga noche de insomnio (otra de tantas) reflexioné profundamente. A la mañana siguiente tomé unas determinaciones:

Eliminé la necesidad de tener a alguien que me acompañe en mis planes (cancelaba actividades por no contar con quién me acompañara). Empecé a moverme sólo por la vida como un lobo solitario, y a aprendí, ¡Uy que si aprendí..

Dejé de buscar la motivación, y comencé a actuar incluso sin ella. Entendí que no hay que motivarse para actuar, sino actuar para motivarse.

Dejé a un lado las personas tóxicas que tanto me estaban perjudicando.

Dejé de preocuparme por lo que pensaran de mí, y me lancé a ir por lo que realmente quería sin importarme lo que dijeran.

Dejé de discutir sobre temas irresolubles. Entendí que mejor dialogar, incluso pasar del tema si fuese menester.

Eliminé la manía de dejar de actuar por miedo. Ahora siento miedo igual al hacer algunas cosas, pero las hago

Dejé de improvisar, y empecé a planificar cada día de mi vida. Ya no me marco grandes metas que nunca cumplí, sino pequeñas y alcanzables: Salgo, leo, bailo, escribo, paseo, miro, admiro, sonrío, perdono, saludo, jod.... bueno, esto menos.. 😉

Por cierto, quizás os suene a ñoño todo esto, pero a mi me vale.

Joaquín







Y hace bien, para qué cargar toda la vida con tontainas

                                                                                     

   

Dado que las mujeres ya no necesitan depender de un hombre para ganarse la vida, pueden darse el gustazo de ser más exigentes y no sólo elegir al primero que pase por su existencia, como ocurría antes. 

Claro, que hay algunas mujeres más listas, practican la hipergamia

¡Ah, qué no sabíais que existe una actitud o síndrome llamado Hipergamia!. Pues existe y lo hemos conocido todos. Es más, lo vemos a diario. Ved la prensa rosa..

La Hipergamia es el acto o práctica de buscar pareja o cónyuge de mejor nivel social y económico (un triunfador) que la de uno mismo. Es practicado más comúnmente por mujeres. 

¡Y hacen bien, qué coño, para qué demonios arrastrar toda la vida con un tontainas, y encima sin un duro!!..

Por cierto, existe también la Hipogamia, pero no conozco ningún caso.😁😁😁

En fin

Joaquín




jueves, 25 de mayo de 2023

Algo gordo pasó en la calle San Julián, de Fuente de Cantos

                                                                                           



Junto a las tres palmeras,
el árabe, tendido, al fin, sonríe
y suspira... Damasco
lejos aún le aguarda. Los confines
del horizonte brillan encendidos.
Un silencio terrible
llena el aire...En la arena
tiembla la sombra elástica de un tigre.

--M. Machado--



Seguro que no hará falta recordaros que la empresa fuentecanteña Electro Harinera Unión Industrial, conocida como Nuestra Señora de la Hermosa, una de las más antiguas de Extremadura, era la que suministraba electricidad a Fuente de Cantos.

Esta empresa, la más importante de Fuente de Cantos entonces, (se inauguró en 1897) estaba ubicada entre las calles San Julián y calle Huelva; hoy sus restos los conocemos como, la Fábrica Vieja. Ignoro los trabajadores que llegó a tener, pero todo apunta a que fueron muchos.

Bien, pues una mañana de otoño, del año 1917, el fuentecanteño, Eustaquio Macarro Gómez, de 32 años, realizaba, el hombre, labores de mantenimiento en la Harinera, cuando saltó la alarma; de pronto se oyeron tiros en el interior de la fábrica, y Eustaquio cayó malherido.

El revuelo que causó el incidente fue enorme en el barrio y en la fábrica. Enseguida acudieron vecinos y autoridades a ayudar. Eustaquio exhaló su ultimo suspiro en brazos de un compañero de trabajo. El disparo le había seccionado la aorta; el charco de sangre que dejó a su alrededor fue espantoso.

Por cierto, unos días antes, el niño Práxedes García Reyes, de 8 años, se cayó del tejado de su casa, en la calle San Juan, y falleció del traumatismo encefálico producido por la caída.

En fin, 1917, otro año fatídico en la historia de Fuente de Cantos. Dos años más tarde, en 1919, se fundó la otra gran fábrica de harinas, llamada “La Paz” y que todos hemos conocido hasta hace muy poco; ahora es el “Hotel la Fábrica”.

Joaquín

                                                                     

         calle San Julián (a la dcha. estaba la antigua Fábrica Ntra. Sra. de la Hermosa

                                                                        

                            calle Huelva, a la izda. las traseras de la antigua Harinera 
                                                                                   

                                                            La Fábrica Nueva, hoy hotel

                                                                              

miércoles, 24 de mayo de 2023

El crimen de la calle los Frailes, y otros..

                                                                                     



Largas tardes campestres;
alamedas rosadas;
aire delgado que el aroma apenas
sostiene de la acacia;
huerto, pinar... Llanuras de oro viejo,
azul de la montaña...
Esquilas del arambre
y balido, sin fin, de la majada,
en el silencio claro...
¡Adiós, adiós! ¡Que la ciudad me llama!

--M Machado--


Dos hechos luctuosos sacudieron las conciencias y perturbó gravemente la tranquilidad de los fuentecanteños aquella mañana de mayo. Corría el año del señor de 1893. Apenas faltaban cinco para la aciaga fecha en que perdimos Cuba y Filipinas. 

Amaneció fresca la mañana de aquel fatídico jueves, a pesar de lo avanzado de la primavera. Las primeras voces y gritos de espanto dicen que se oyeron por el Canal. Luego el asombro y preocupación se extendió como un reguero de pólvora por todo el barrio. ¿Qué quién lo vio primero?

Fue Pura, la hermana de Gonzalo Mendoza Ruiz, barbero de profesión, muy conocido y de 47 años, la que encontró su cadáver; le habían descerrajado un tiro en la región temporal izquierda que le destrozó la cabeza.

Según contó Pura después, se había acercado a la barbería donde vivía y trabajaba su hermano, en la calle Espronceda, muy cerca de la Plaza de la Cruz, a prepararle el desayuno como todos los días, y se llevó la terrible sorpresa. 

El escándalo como os podéis imaginar fue mayúsculo en todo el barrio. Algunos vecinos dijeron que habían escuchado un tiro en la madrugada.

Pero no acabaron aquí, con el asesinato de Gonzalo Mendoza, las desgracias en Fuente de Cantos ese día, ¡qué va!. Esa misma tarde apareció muerto en su casa de la calle los Frailes, Rafael Amador Soto, de 79 años. Le habían clavado un cuchillo en el vientre. 

Rafael había nacido en Zafra, pero llevaba muchos años viviendo en Fuente de Cantos. El cuerpo ya sin vida fue encontrado por un vecino que se extrañó que Rafael no diera señales de vida en todo el día. 

Imaginaos la indignación en el pueblo. ¿Un asesino anda suelto? ¿La misma persona ha matado a los dos?.. Fueron días de acojone, os lo aseguro.. 

Se investigó, claro, pero nada. Las preguntas que se hicieron las autoridades del momento y la Guardia Civil fueron las típicas en estos casos: ¿estarán interconectados los dos homicidios? ¿Mató el barbero a Rafael y algún familiar se vengó pegándole un tiro a él?.. 

Conjeturas porque el tiempo pasó y realmente nunca se supo del asesino, o asesinos.. 

En fin, conste que son hechos reales, o casi..

Joaquín

                                                                        

   calle Espronceda, en tiempos del crimen llamada c/ de la Cruz. Aquí tenía la barbería Gonzalo Mendoza

Como debe ser mi mujer perfecta

                                                                                 


No perdáis de vista (los próximos a emparejarse) este conjunto de reglas para el buen convivir. Lo leí en un viejo libro de reglas de urbanidad que encontré en el trastero.. ¡Reglas de urbanidad, qué os parece!.. 

Ahí van:

--Cuando eliges a una mujer trabajadora, tienes que aceptar que no pueda ocuparse de la casa.

--Si eliges a una ama de casa que pueda cuidar de ti, de los hijos y gestionar el hogar, tienes que aceptar que no gane dinero.

--Si eliges a una mujer débil y obediente, tienes que aceptar que dependa de ti y asegurarle la vida

--Si decides estar con una mujer de fuerte carácter, tienes que aceptar que sabe lo que quiere y admitir su propia opinión.

--Si eliges a una mujer excesivamente hermosa, tendrás que soportar grandes gastos y evitar celos.

--Si decides estar con una mujer de éxito, tendrás que tolerar sus propios objetivos y ambiciones.

No existe la perfección. Cada uno tiene su propio enigma que nos hace únicos. 

Esta especie de, decálogo para un buen matrimonio, pudiera parecer antediluviano, de épocas más machistas, pero, en el fondo, no deja de ser verdadero. La bendita diferencia es que ahora se le puede aplicar a él o a ella.

En fin.

Joaquín






martes, 23 de mayo de 2023

Sucedió en la calle Olmo, de Fuente de Cantos

                                                                                        



Tu sabes que jamás suplico nada,

y me sabes cautivo de tus huellas,

que vivo en la región de tu mirada,

y comparto contigo las estrellas.

--J. A. Buesa--



Mateo Márquez, fuentecanteño de pro, oficiaba de calero en un horno en la Fontanilla. Y allí estaba el hombre aquella tarde, en sus quehaceres, trabajando duro en su oficio. De pronto oye voces que le avisan con urgencia. Le gritan: 

---¡¡Mateo, ve corriendo a tu casa que tu hija está grave!! ¡¡Ha habido un derrumbe en tu casa!!..

¡Dios, mío, al pobre Mateo le faltó tiempo para salir corriendo hacia su casa en la calle Olmo!. Cuando llegó ya era tarde, su hija, Josefita Márquez, de apenas ocho años, había muerto en brazos de su madre, la habían rescatado gravísima de entre los escombros.

Ni os cuento la pena del matrimonio, Josefita era la más pequeña de sus siete hijos. De poco sirvieron los apoyos de los familiares y vecinos, el desconsuelo era insufrible. Enseguida se llevaron el cuerpecito de Josefita al Hospital de la Sangre, (donde ahora está la Plaza de Abastos) para hacerle la autopsia.

A la tarde siguiente una numerosa comitiva de gente subió por la calle Calzadilla (actual calle San Juan) acompañando al pequeño féretro camino del cementerio de San Juan, donde fue enterrada la niña Josefita Márquez. Ningún vecino faltó al sepelio; la familia era muy querida en el barrio.

Por cierto, esta historia es verídica, pasó en septiembre de 1861 (hace 162 años) en Fuente de Cantos.

En fin.

Joaquín

              Ermita y antiguo cementerio de San Juan, donde fue enterrada Josefita
                                                                                      
                                                                               calle Olmo




Oye, me gustas; quisiera hacer el amor contigo, le dijo

                                                                                   


Qué pensaréis vosotros, mis congéneres masculinos, si una amiga reciente os dijera así, de golpe, inesperadamente:

---Joaquín, las mujeres tenemos suficiente intuición para darnos cuenta de cuando un hombre se siente atraído sexualmente por nosotras, aunque intentemos ocultarlo. Pocos tenéis el valor de acercaros a la chica con la que os queréis acostar y decirle realmente lo que deberíais decirle: "Oye, me gustas; quisiera hacer el amor contigo"

Imaginaos mi azoramiento.. No pude hacer otra cosa que medio balbucear:

---¡Mujer, dicho así!..

---Si si, sólo de pensarlo os tiemblan las piernas por el miedo al rechazo---insistió ella---por eso preferís ser indirectos y manipular. 

Jamás hubiera imaginado tal atrevimiento por su parte. Avergonzado tuve que mentirle, no me quedaba otra:

---Bueno, realmente nunca lo había pensado de esa manera---recuerdo que le dije

No sé a santo de qué derivó la conversación hacia esos derroteros. El caso es que estábamos los dos solos en su casa. Me había invitado ella a cenar, junto a su marido, también amigo mío, pero éste no acababa de llegar. 

Proseguía con sus recelos sobre los hombres:

---Pero las mujeres entendemos muy bien a esos tipos con sus jueguecitos, Joaquín, y sabemos perfectamente que sólo quieren una cosa, acostarse y si te he visto no me acuerdo. Si fuerais honestos de hablarnos al oído sobre vuestras verdaderas intenciones, quizás pasara algo---concluyó

Me quedé estupefacto cuando me dijo esto último. No supe cómo tomármelo. ¿Querría acostarse conmigo? ¿Me había leído el pensamiento y se había dado cuenta de mis verdaderas intenciones con ella?.. 

Ella me atraía sexualmente, a qué negarlo, pero estaba recién casada con mi amigo, al que yo apreciaba. No obstante llevaba razón; el estar casada y el miedo al rechazo o la burla, me impidieron ser valiente.

Todavía hoy, años después de aquella conversación, me ruborizo al pensar que ella era consciente de mis libidinosos deseos. Por una parte me arrepiento amargamente de no haber dado el paso, pero por otra me alegro de no haberlo dado; Fuente de Cantos, mi pueblo, no es tan grande y al final todo se sabe...

Por cierto, el marido se había encontrado con unos antiguos compañeros de trabajo y le dieron las uvas tomando cervezas. Cuando se presentó habíamos acabado ya de cenar, de tomar unas copas después, incluso de charlar largo y tendido. 

En realidad nunca supe si ella sabía que el marido llegaría tarde.

Joaquín