sábado, 6 de agosto de 2022

Una visita a Fuente de Cantos muy especial.

                                                                              



!Tengo tanto que decirte!, ¡tanto que proponerte!..

pero sólo en el silencio de mi soledad me atrevo.

Si una fresca mañana de lluvia pudiéramos hablar

tú y yo, sentados en un café, frente a frente,

sabrías del amor como nunca te contaron.

Si me hicieras un hueco en la arena,

a tu lado, una cálida tarde de verano,

cuando en el cielo el Sol da paso a las estrellas,

comprenderías por qué te quiero...

--Joaquín--



Desde el 25 hasta el 28 de abril de 1915 se desarrolló la visita pastoral del Obispo de Badajoz, Adolfo Pérez Muñoz, a Fuente de Cantos. Sin duda alguna fue un auténtico acontecimiento de masas como lo demuestra la información extraída del periódico pacense Correo de la mañana. 

Antes de comenzar la visita, trece carruajes encabezados por el que transportaba a las autoridades (el párroco, dos concejales, los jueces municipal y de Instrucción), se desplazaron a Bienvenida para recoger al prelado. El pueblo estaba totalmente engalanado con colgaduras y también con diversos arcos de triunfo y fue recibido por los habitantes en la ermita de la Hermosa, lugar en el que la banda municipal de música dirigida por Victorino Guareño interpretó la marcha de Infantes tal como ordenaba el protocolo.

El Obispo de Badajoz se alojó en la casa del presbítero Benito Godoy Guerrero. En esos días, aquél confirmó a varios miles de niños y adolescentes que no lo estaban. En esos días el Obispo, además, visitó todos los edificios religiosos como las ermitas del Santo Cristo, de la Hermosa y San Juan, así como el asilo-hospital de ancianos, y también los públicos como el Ayuntamiento y las escuelas y la prisión del Partido, donde tuvo oportunidad de hablar con los reclusos. En la cárcel, el prelado pudo admirar la capilla del Crucificado.

Revestido el Obispo con los ornamentos episcopales y bajo palio, se organiza el día 25 la procesión, que pasa bajo un precioso arco de triunfo en que se lucen los colores nacionales, y el cual se encuentra a la salida de la ermita de la Hermosa, habiendo sido costeado por el clero. Todo el arco y la Plaza de la Libertad (Altozano de los coches) resulta muy adornado, con cientos de faroles a la veneciana. En la calle de Zurbarán (Llerena) se encuentran también tres artísticos y elegantes arcos de triunfo, costeados el primero por las Hijas de María, el segundo por la Cofradía de San Isidro, y el tercero que es de gran gusto artístico, por la Asociación de hombres de San Vicente de Paúl, y en la Plaza de la Constitución (Ayuntamiento) que también se encuentra adornada con multitud de faroles, otro arco de estilo árabe, de gran lucimiento, costeado por la corporación municipal, todos ellos con muchísimas luces eléctricas.

A los acordes de la música entra la comitiva en la iglesia parroquial que se encuentra preciosamente adornada y alumbrada, donde materialmente no cabe ya ni un alma más y después de entonado un responso, el Tantum ergo, y elevación de la sagrada forma, sube su ilustrísima al púlpito, desde donde dirige la palabra al pueblo, al que dio las gracias en sentidas frases por tan grandioso y entusiasta recibimiento. Después fue el prelado, acompañado de las autoridades y un gentío inmenso, hasta la morada del acaudalado presbítero don Benito Godoy Guerrero (único heredero de la riquísima fuentecanteña Concepción Tinoco de Castilla) donde se hospeda, siendo aclamado sin cesar durante el trayecto, y donde le despedimos.

Al día siguiente, a las once aproximadamente de la mañana, hizo el Obispo la visita de los altares y de la parroquia, quedando encantando del orden y buen estado en que todo se encuentra, y mucho más del retablo del altar mayor, por ser una verdadera obra de arte. A las siete de la tarde salió el prelado, en unión del clero, a visitar la ermita de la Misericordia, que se encuentra en la calle de su nombre, de donde salieron ya con luces encendidas y muy bien impresionados. 

Día 27 de abril de 1915 es tal el entusiasmo que existe en este pueblo con la venida del excelentísimo señor Obispo, que a las siete de hoy, cuando salió de su hospedaje, un gentío inmenso le esperaba para aclamarle. A las nueve y media empezaron las confirmaciones en la Parroquia y una vez terminadas, que alcanzaron durante el día a 1.100 chavales y chavalas, fue el incansable prelado a la ermita de Nuestra Señora de la Hermosa, de donde salió después de practicada una minuciosa visita, gratamente impresionado, por el orden y buen estado en que todo se encontraba, retirándose a la casa donde se hospeda,

Día 28 de abril de 1915, a las siete, llegó el Excmo. señor Obispo a la iglesia del convento de carmelitas, donde dijo una misa ayudado por su secretario y familiar, dando la sagrada comunión a las monjas y a un sinnúmero de personas, al extremo de invertir aproximadamente una hora. Después visitó los altares y revestido con los ornamentos episcopales y acompañado de sus citados secretario y familiar, el párroco don Bernardo López Guillén y el capellán del convento.

Mas tarde se trasladó el Obispo a la Prisión del pueblo, que se encontraba lujosamente adornada, siendo recibido en la puerta por el digno Juez de Instrucción, y jefe de dicha prisión, y siendo esperado dentro por todos los señores que constituyen la Junta de Patronato, o sea, además del expresado señor Juez, como presidente, los señores juez y fiscal municipal, Registrador de la Propiedad, médico señor Sabán, y secretario del Juzgado, como vocales.

A la sala de actos del Juzgado, donde se encontraban, subieron todos los reclusos y reclusas, pronunciando el excelentísimo señor Obispo un gran discurso, en el que les dirigió palabras de consuelo, haciéndoles ver que el primer prisionero habido en el mundo fue Jesús, y que si hubo un día en que delinquieron, hoy su arrepentimiento puede volverles honrados a la sociedad; y como todo el auditorio estaba conmovido y anegado en lágrimas, S. E. se dio exacta cuenta de ello y dio por terminado su discurso, entregando a cada recluso una medalla y un donativo al señor Juez para que lo repartiera entre aquéllos, por lo que el expresado señor Juez dio las gracias en su nombre y el de dichos reclusos. 

Desde el establecimiento penal se dirigió a la ermita del Santo Cristo, que está enfrente, siendo recibido por las hermanas de la escuela, y después de una minuciosa visita de altares y todo el santuario, del que también salió gratamente impresionado, se retiró a su domicilio, siendo ya las catorce.

A las cinco en punto salió para la casa asilo-hospital (Hospital de San Diego) pasando bajo un precioso arco de follaje, levantado a la entrada del primer patio, siendo recibido en la puerta por la superiora y hermanas de la caridad, con todos los ancianos y ancianas desamparados, que formaban dos fi las, y atravesando un segundo patio jardín, perfectamente adornado, llegó a la ermita donde estuvo orando unos momentos y pasó a examinar los altares y todo le local, saliendo encantado de la limpieza y orden con que se encontraba, y siendo aclamadísimo por los ancianos, leyendo uno de éstos un bien escrito de salutación al prelado.

Desde el Hospital y con un sinnúmero de acompañantes, se dirigió el Obispo a la ermita de San Juan, que está situada en el antiguo cementerio, a la salida del pueblo, donde todos los vecinos de aquella barriada (que son los más pobres de la localidad), levantando también un bonito arco de triunfo. 

Al toque de oraciones y seguido de todo el pueblo, que está completamente entregado a su obispo, llegó a la parroquia, donde después de rezado el rosario por el coadjutor don Rafael Trujillo, subió al púlpito a despedirse del vecindario, para dejar terminada hoy su visita pastoral, y desde la cátedra sagrada y felicitación a los virtuosos párrocos, coadjutores y demás sacerdotes de la población.

En fin, esto es lo que dio de sí la visita del Obispo de Badajoz a Fuente de Cantos aquel año tan lejano. Tened en cuenta que hablamos de hace más de cien años..

Joaquín

Todo el escrito está extraído de manera literal de los documentos relativos a la visita. Abajo, lugares que visitó el Obispo...

                                                                            

            foto del Obispo con las autoridades civiles y eclesiásticas, recuerdo de sus visita al pueblo

                                                                          

                   portada con sus tres arcos en mitad de la calle Llerena, para recibir al Obispo

                                                                          

                                                        interior de la Parroquia

                                                                              

                                               ermita de la Hermosa, por dentro

                                                                           

                                         exterior de la ermita de la Hermosa

                                                                           

                                        interior de la ermita del Santo Cristo

                                                                       

                ermita del Santo Cristo por fuera. Foto hecha desde donde estaba la antigua cárcel

                                                                        

                                                ermita de San Juan por dentro

                                                                            

                                                         ermita de San Juan

                                                                             

                                             antiguo asilo-hospital de San Diego

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