Inteligencia,
dame
el
nombre exacto de las cosas!
Que
mi palabra sea
la
cosa misma,
creada
por mi alma nuevamente.
Que
por mí vayan todos
los
que no las conocen, a las cosas;
que
por mí vayan todos
los
que ya las olvidan, a las cosas;
que
por mí vayan todos
los
mismos que las aman, a las cosas...
¡Inteligencia,
dame
el
nombre exacto, y tuyo,
y
suyo, y mío, de las cosas!
--Juan Ramón Jiménez--
En 1921 expertos de todo el mundo se reunieron en Pittsburg, Estados Unidos, con objeto de explicar el concepto de inteligencia. Cada uno de ellos aportó su propia definición. Hubo quien la explicaba como “la capacidad de aprender y sacar provecho de la experiencia”, y otros como “la capacidad de adaptarse al medio y encontrar soluciones a problemas nuevos”. Ninguna de aquellas definiciones fueron completas..
Poco tiempo despues, otro experto dijo, no sin cierta ironía que “la inteligencia es aquello que miden los test de inteligencia”. Pero no iba muy desencaminado el tipo, porque durante mucho tiempo se creyó que los test de inteligencia eran infalibles, la mejor manera de calibrar la inteligencia, decían.
Hoy en día los test de inteligencia están en franca decadencia, pero seguimos sin saber realmente cómo se mide la inteligencia. Bueno, miento, últimamente han encontrado otra manera de definir la inteligencia, la llaman Inteligencia Emocional y es “la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Conste que esto está triunfando..
En fin..
Joaquín
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