jueves, 25 de agosto de 2022

Atrapado en su memoria

                                                                             




        


Cuando se haga en ti la sombra;

cuando apagues tus estrellas;

Cuando tasques las tinieblas,

y deambules taciturno;

y aguantes en tus lomos

el peso de cien urbes, de cien siglos;

cuando sufras noche y día

y en la noche hasta durmiendo;

yo te agacho la cabeza;

yo te doblo mis rodillas;

yo te digo –Dios te salve, amigo--

bienvenido al club...

--Pedro Palacios--



¡Ah!, ¿que no sabíais que guardamos los recuerdos en nuestra memoria de una manera extrañamente peculiar e inconexa?. Pues, mirad lo que os digo:

La mente descompone cada recuerdo en sus partes integrantes, es decir, lo desguaza en: nombres, caras, ubicaciones, contextos, cómo se percibe el tacto, el olor etc. etc. y envía dichas partes a lugares distintos; luego, cuando volvemos a necesitar el conjunto las recupera y reagrupa. 

¡Y qué maravilla!, resulta que un solo pensamiento o recuerdo fugaz puede movilizar a millones de neuronas dispersas por el cerebro. No es de extrañar, pues, que a veces confundamos los detalles. 

El resultado de todo esto es que la memoria no es algo inmutable y fijo, sino que la podemos alterar cada vez que recordamos. Y conste que también esto lo hace, la tipa, en beneficio nuestro; pretende dulcificar los recuerdos..

En fin, ¿no es todo fascinante?. A que sí..

Joaquín




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