Cuando entre la sombra oscura
perdida una voz murmura
turbando su triste calma,
si en el fondo de mi alma
la oigo dulce resonar,
dime: ¿es que el viento en sus giros
se queja, o es que tus suspiros
me hablan de amor al pasar?
--Bécquer--
La historia es ardua y compleja.. Lo es, porque los seres humanos somos complicados, inescrutables, difíciles, y lo es también, porque son más ya de 5.000 años los que llevamos a nuestras las espaldas de episodios truculentos, guerras interminables o efímeras paces; ¡ah!, y también de anécdotas, infinidad de anécdotas..
Seguro que aún os acordáis de la hazaña aquella de Guzmán “El bueno”...
Era Guzmán un noble leonés de nombre Alfonso Pérez Guzmán que, llamado por el rey castellano Sancho IV a defender la ciudad de Tarifa sitiada por los moros, se encontró ¡Oh! con la sorpresa de que estos habían capturado a su hijo mayor y le ofrecían su vida a cambio de rendir la ciudad ..
El bueno de Guzmán, valiente como ninguno, no sólo no rindió la ciudad, sino que les ofreció su propia espada para que decapitaran a su pobre hijo... Además lanzó aquella legendaria frase a grito pelado desde lo alto de la muralla:
--“Matadle con esta espada si así lo habéis determinado, que más quiero honra sin hijo que hijo con mi honor manchado”--
Claro, que habría que haberle preguntado a su pobre hijo, o a su madre. Aunque imagino que la somanta que le caería al atrevido Guzmán al llegar a casa sería de aúpa.
Por cierto, ¡chissst!, mejor que no sepan algunos sectores políticos de Guzmán que nos lo tachan de facha..
Joaquín
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