miércoles, 29 de enero de 2020

Miren su árbol genealógico a ver si ven algo raro...




Amiga:
Tu sensibilidad de mujer apasionada
me hace sentir elevadas sensaciones.
Supongo que hacen falta pensamientos  
de oro puro y un alma de cristal 
para emitir tales emociones.
Emociones que emanan, por cierto,
sólo de corazones comprometidos.
Amiga, tu belleza, para mi, está en que
sé que existes. Esa certeza me reconforta...
--Joaquín--


Miren: lo único que nos hace falta para darnos cuenta que no hay mucha diferencia entre un chimpancé o gorila y un hombre es viéndolos hacer. La ultima vez que fui al Zoo de Madrid y vi los movimientos de las manos, los gestos y la mirada de la gorila Gorka, pensé: ¡Dios mío, si somos iguales que ellos sólo les falta hablar! ¡Cómo hemos podido pasar tantos miles de años sin darnos cuenta de nuestra semejanza y parentesco!. Y terminé haciéndome la inevitable pregunta.. ¿Puede alguien dudar de que procedemos de un ancestro común?.. ¡Pero si hasta los veo hasta más guapos e igual de civilizados que algún tarugo humano que todavía anda por ahí!..
--¿Está usted emparentado con los monos por parte de abuelo o de abuela?. Ésta socarrona pregunta se la hizo el obispo Samuel Wilberforce a Thomas Huxley, amigo personal y defensor de la Teoría de la Evolución de Darwin, en aquel famoso debate en el Museo de Historia Natural de Londres en 1860. La pregunta de Wilberforce pretendía ser a la vez un insulto y una broma. Pero le salió el tiro por la culata 
--“Gracias, Dios, por ofrecérmelo en bandeja” murmuró Huxley en voz baja, y contestó que prefería estar emparentado con un simio antes que con un ser humano que eludía el debate burlándose de sus ideas científicas. También podía haber respondido que descendía de ancestros simiescos por ambas partes, igual que él; si bien no era algo que hubiera sucedido recientemente. Todo el mundo los tiene en su árbol genealógico. Al menos eso decía Darwin en su recién ideada entonces, Teoría de la Evolución..
Esta idea de Darwin causó un gran revuelo en la sociedad desde el mismo momento en que su libro “El origen de las especies” se publicó en 1859. Y ya sabía que iba a tener graves problemas con mucha gente.. ¡Imagínense!, ¡Jamás a nadie se le había ocurrido semejante barbaridad! ¡Nada menos que asegurar que nosotros, los seres humanos, formamos parte de la naturaleza exactamente igual que cualquier otro animal! ¡Es más, que todos descendemos de un mismo ancestro simio! ¡Qué locura! ¡Qué diría la iglesia y el resto del mundo, totalmente convencidos como están de que hemos sido creado por Dios tal cual somos y a partir de Adán y Eva!..
Según Darwin la evolución es un proceso mecánico. No hay detrás ninguna conciencia ni ningún Dios, o al menos no necesita de ninguna de esas cosas. Esta teoría, demostrada ya ser realidad con pelos y señales, es una explicación muy sencilla y elegante. La lucha por la supervivencia lo explica todo. Todas las especies luchan entre sí, todos compiten para transmitir a su siguiente generación sus genes. Hay que reconocer que se nos antoja difícil aceptar que alguien inteligente no haya diseñado la variedad y perfección alcanzada por los seres vivos en la tierra, pero así es..
A pesar de la explicación minuciosa y ya probada de esta hermosa Teoría de la Evolución, aún hay mucha gente que se niega a aceptarla y siguen creyendo en la Creación. Aún reconocen sin pudor a Adán y Eva como nuestros padres primigenios porque siguen los pasajes de la Biblia a rajatabla.. 
Podemos seguir pensando en el Paraíso y en Adan y Eva, no discuto que es una idea muy bonita y nos favorece a los humanos, pero la evidencia es la evidencia.. Además, Darwin puede que haya echado por tierra el argumento del Diseño tradicional y minado la religiosidad de mucha gente; pero el propio Darwin mantuvo la mente abierta en lo que respecta la existencia de Dios..
No hay que ser ateo para creer en la Evolución; muchos creyentes son darwinistas y ademas creen en Dios (el que esto escribe lo es).. Lo que no se puede es ser darwinista y además creer que Dios creó todas las especies exactamente tal y como son hoy en día.. No obstante, yo aconsejo al que tenga dudas razonables de la veracidad de la evolución, que se de una vuelta por el zoo y eche un rato con un gorila; apuesto que sale convencido de que el tatarabuelo del gorila y el nuestro era el mismo.. En fin..
Joaquín

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