Miren su árbol genealógico a ver si ven algo raro...
Amiga:
Tu
sensibilidad de mujer apasionada
me hace sentir elevadas sensaciones.
Supongo
que hacen falta pensamientos
de oro puro y un alma de cristal
para emitir tales emociones.
Emociones
que emanan, por cierto,
sólo de
corazones comprometidos.
Amiga,
tu belleza, para mi, está en que
sé
que existes. Esa certeza me reconforta...
--Joaquín--
Miren: lo único que nos hace falta para darnos cuenta que no hay
mucha diferencia entre un chimpancé o gorila y un hombre es
viéndolos hacer. La ultima vez que fui al Zoo de Madrid
y vi los movimientos de las manos, los gestos y la mirada de la
gorila Gorka, pensé: ¡Dios mío, si somos iguales que ellos sólo
les falta hablar! ¡Cómo hemos
podido pasar tantos miles de años sin darnos cuenta de nuestra
semejanza y parentesco!. Y terminé haciéndome la inevitable pregunta..
¿Puede alguien dudar de que procedemos de un ancestro común?.. ¡Pero
si hasta los veo hasta más guapos e igual de civilizados que algún
tarugo humano que todavía anda por ahí!..
--¿Está
usted emparentado con los monos por parte de abuelo o de abuela?. Ésta socarrona pregunta se la hizo el obispo Samuel Wilberforce a
Thomas Huxley, amigo personal y defensor de la Teoría de la
Evolución de Darwin, en aquel famoso debate en el Museo de
Historia Natural de Londres en 1860. La pregunta de Wilberforce
pretendía ser a la vez un insulto y una broma. Pero le salió el
tiro por la culata
--“Gracias, Dios, por ofrecérmelo en bandeja”
murmuró Huxley en voz baja, y contestó que prefería estar
emparentado con un simio antes que con un ser humano que eludía el debate
burlándose de sus ideas científicas. También podía haber
respondido que descendía de ancestros simiescos por ambas partes,
igual que él; si bien no era algo que hubiera sucedido
recientemente. Todo el mundo los tiene en su árbol genealógico. Al
menos eso decía Darwin en su recién ideada entonces, Teoría de
la Evolución..
Esta idea de Darwin
causó un gran revuelo en la sociedad desde el mismo momento en que
su libro “El origen de las especies” se publicó en 1859.
Y ya sabía que iba a tener graves problemas con mucha gente.. ¡Imagínense!, ¡Jamás a nadie se le había ocurrido semejante barbaridad! ¡Nada menos
que asegurar que nosotros, los seres humanos, formamos parte de la
naturaleza exactamente igual que cualquier otro animal! ¡Es más, que
todos descendemos de un mismo ancestro simio! ¡Qué locura! ¡Qué
diría la iglesia y el resto del mundo, totalmente convencidos como
están de que hemos sido creado por Dios tal cual somos y a partir de Adán y Eva!..
Según Darwin la
evolución es un proceso mecánico. No hay detrás ninguna conciencia
ni ningún Dios, o al menos no necesita de ninguna de esas cosas. Esta teoría, demostrada ya ser realidad con pelos y
señales, es una explicación muy sencilla y elegante. La lucha por
la supervivencia lo explica todo. Todas las especies luchan entre sí,
todos compiten para transmitir a su siguiente generación sus genes.
Hay que reconocer que se nos antoja difícil aceptar que alguien
inteligente no haya diseñado la variedad y perfección alcanzada por
los seres vivos en la tierra, pero así es..
A pesar de la
explicación minuciosa y ya probada de esta hermosa Teoría de la
Evolución, aún hay mucha gente que se niega a aceptarla y siguen creyendo en la Creación. Aún reconocen sin
pudor a Adán y Eva como nuestros padres primigenios porque siguen
los pasajes de la Biblia a rajatabla..
Podemos seguir pensando en el
Paraíso y en Adan y Eva, no discuto que es una idea muy bonita y nos
favorece a los humanos, pero la evidencia es la evidencia.. Además, Darwin puede que haya echado por tierra el argumento del Diseño
tradicional y minado la religiosidad de mucha gente; pero el propio
Darwin mantuvo la mente abierta en lo que respecta la existencia de
Dios..
No hay que ser ateo
para creer en la Evolución; muchos creyentes son darwinistas y
ademas creen en Dios (el que esto escribe lo es).. Lo que no se puede
es ser darwinista y además creer que Dios creó todas las especies
exactamente tal y como son hoy en día.. No obstante, yo aconsejo al
que tenga dudas razonables de la veracidad de la evolución, que se de
una vuelta por el zoo y eche un rato con un gorila; apuesto que sale
convencido de que el tatarabuelo del gorila y el nuestro era el
mismo.. En fin..
Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario