Amiga:
Vives.., y sueñas..
Tus días son agradables,
porque eres dulce
como un pastel de limón.
Amas al mundo,
a pesar de la iniquidad
que nos anega..
Mi luz, sin embargo,
apenas tenue derrama
su aureola por doquier.
Tú dilapidas fantasías
sueños.., quimeras.
A mi sólo me valen tus risas,
para sobrevivir...
--Joaquín--
Nueva York, julio de 1977, estamos en el “Gran apagón”. En sólo dos días sin luz, fue tal la anarquía y el desorden que hubo en la ciudad, que se saquearon más de 3.000 comercios y cometieron decenas de asesinatos y violaciones.
Y digo yo, ¿No será que somos, tal y como creía el filósofo Thomas Hobbes, egoístas, codiciosos, violentos, ambiciosos, pero la ley y la amenaza del castigo nos mantiene bajo control?
Según argumentaba Hobbes, y yo estoy con él, que si la sociedad y su control se vinieran abajo y tuviéramos que vivir en un estado primitivo, sin leyes ni nadie que pudiera protegernos, nosotros igual que todos los demás, robaríamos y asesinaríamos cuando fuese necesario.
Y dice más, Hobbes, al respecto, tendríamos que hacer esas brutalidades si quisiéramos seguir viviendo. Porque en un mundo de escasos recursos si tuviésemos que buscar comida y agua para sobrevivir, lo racional sería matar a alguien antes de que nos matara a nosotros
Según una memorable descripción de Hobbes, la vida fuera de una sociedad controlada sería “solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve”... ahí es nada..
En un mundo sin ley --seguía pensando Hobbes-- ni siquiera el más fuerte estaría a salvo durante mucho tiempo. Todo el mundo ha de dormir, y cuando estemos dormidos somos vulnerables a los ataques.
Hobbes escribió el famoso libro titulado “Leviatán”, y se le considera el ideólogo de las monarquías absolutas, precisamente para que todo quede bajo control.
Por cierto, Thomas Hobbes fue un tipo muy especial, nació prematuramente cuando su madre se enteró de que la Armada Invencible Española se proponía invadir Inglaterra, ¡tal fue el susto!.
Él solía decir que, en el parto, su madre había tenido gemelos, él y el miedo..
Joaquín
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