¿Tenemos claro que aquello que pensamos favorece o limita nuestra calidad de vida, no? ¡Pues eso, a no pensar tonterías que no nos llevan a nada!.. Porque, no es solo la interpretación de lo que sucede lo que interfiere en nuestro estado de ánimo, es también lo que pensamos y cómo lo pensamos.
Lo de los pensamientos negativos hay que arreglarlo como sea, pues,, ¿Merece la pena llevarse cabreos por chorradas? La política, por ejemplo, suscita berrinches, ¿no? pues nada, huid de los telediarios y debates políticos como de la peste.
¿Los amigos y las relaciones sociales? Horas de sueño me han robado a mi. Ahora se dice eso de alejarse de las amistades tóxicas, ¡pa´verlo sabido antes, coño!...
¿El dinero? ¿El fútbol? Nada nada, preocuparse lo justito. El dinero tampoco es tan importante, con tener el suficiente para ir tirando y quede algo para un caprichito va que chutas. En cuanto al fútbol, cada semana hay uno o dos partidos, así que, porque se pierdan unos cuantos no pasa nada.
Bueno, en realidad es normal estar de bajón o cabreado en un momento dado, el problema llega cuando esa época de preocupación se cronifica.
En fin, ¿Quién no ha sufrido en su vida etapas más o menos largas de padecimientos y que vistas ahora desde la distancia que da los años se quedan en nada?.. Pues que sepáis que por ellas vais a vivir unos años menos. Así que ¡ni una más!.
Joaquín
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