El tipo que se creía buena persona

                                                                                   

 

Amar es percibir, cuando te ausentas,

tu perfume en el aire que respiro,

y contemplar la estrella en que te alejas

cuando cierro la puerta de noche.

Amar es este tímido silencio

cerca de ti, sin que lo sepas

y recordar tu voz cuando te marchas

y sentir el calor de tu saludo.

--Salvador Novo--

Decía Alain Chauvilliers, gran filósofo francés de principios de siglo: “Muchas personas son buenas porque no saben ser justas”..

Y digo yo: ¿Es más difícil ser justo que ser bueno? Tened en cuenta que, a veces, justicia y bondad son antagónicas.

Realmente, esto de ser bueno es lo más fácil del mundo, y lo digo con conocimiento de causa porque, con matices, yo me considero un hombre bueno. Si, fijaos: creo no hacer daño al prójimo, quiero a mi familia y amigos, respeto el medio ambiente y no deseo el mal a nadie, y además soy un demócrata convencido.

Pero, seamos sinceros ¿Qué esfuerzo hago yo para ser bueno? Pues si me apuran, ninguno, con dejarme llevar y no intervenir demasiado en los asuntos ya tengo mucho ganado..

Os aseguro que si ser bueno conllevara mucho esfuerzo me lo pensaría dos veces.. Si le damos una pensada, lo que cuesta de verdad es ser un tipo malo, odioso. 

Sí, no os extrañéis, para ser malo en la vida hay que ser activo en la maldad: incidir, indisponerse con mucha gente, y eso requiere un esfuerzo descomunal.. Por eso, lo que hace alguno que todos sabemos, y consentir por ello que más de medio país te odie a muerte, es un trabajo ímprobo. ¿Merece la pena, dios mío, vivir así por mucho poder que se obtenga?..

Fijaos, a los buenos o los que pasan por ser buenos, la gente los aprecia, los protege, los admiran; mientras que a los malos le dejan de lado, los aborrecen, los desprecian, ¿entonces? ¡Pues ya me diréis! Visto lo visto y, aunque sólo sea por egoísmo, esto de ser bueno es una bicoca.. 

En fin

Joaquín