He
renunciado a ti. No era posible
Fueron
vapores de la fantasía;
son
ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una
proximidad de lejanía.
--Andrés E. Blanco--
Unos 120.000 fuentecanteños hemos nacido en el pueblo desde el 26 de marzo de 1565, Es decir, que si fuésemos inmortales y nadie hubiera muerto desde entonces, hoy seríamos una ciudad de tamaño medio, digamos que mayor que Cáceres.
Bien pues todos, o casi todos esos 120,000 hemos pasado, de bebé, por nuestra Pila Bautismal.
Por cierto, y hablando de pila bautismal, ¿Sabéis qué es un Baptisterio? Os lo recuerdo: la palabra Baptisterio proveniente del latín baptisterium, sirve para designar a las pequeñas iglesias y capillas destinadas a la administración del bautismo, ya estén aisladas de las grandes basílicas, adosadas a ellas o dentro de las mismas. ¿Y qué hay del nuestro, del de Fuente de Cantos?.
Pues nuestro baptisterio lo tenemos a los pies de la Parroquia, está separado del resto del templo por dos arcos de medio punto que sostiene el Coro. Se trata de una pequeña capilla presidida por un cuadro confeccionado de azulejos sevillanos que representa a Jesús recibiendo el bautismo de manos de San Juan Bautista.
En el centro de esa capillita que es nuestro baptisterio, tenemos la pila bautismal de magnífica hechura y otra pila más pequeña que recoge las aguas utilizadas en la ceremonia sacramental, y dos puertas, la del Perdón de entrada a la Iglesia y la puerta para subir a la torre.
Y qué deciros de nuestra pila bautismal, pila donde se bautizaron Zurbarán, Nicolás Megía y tantos hombres y mujeres ilustres fuentacanteños nacidos todos en nuestras lindes, pues eso, que es una obra maestra del siglo XVI, construida de mármol blanco, y que es uno de los pocos objetos que provienen de la antigua iglesia, la del siglo XVI.
En fin
Joaquín
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