Madre,
madre, no llores. Si mi cuerpo sepultas
y
ves brotar zarzales, será, ¿no lo adivinas?
que
mis penas ocultas
renacen en
espinas;
pero también en
flores.
Madre, madre, no
llores:
símbolo de mi vida
será
mi corazón una zarza florida.
--Fco. A. de Icaza--
¿Qué os puedo contar de La Fontanilla que no sepáis? Poca cosa, si acaso el origen de la Plaza que da nombre al barrio y el porqué de su nombre actual, Plaza de los Conquistadores..
Conste que a punto estuvo de llamarse Plaza de los Descubridores, por ese peliagudo asunto de revisar la historia ajustándola a los tiempos actuales: esto ocurrió hace un par de décadas.
Lo del nombre Fontanilla, es fácil deducirlo, la plaza es una hondonada por donde discurrían la aguas cuando llovía de veras y por la fuente que siempre hubo en el lugar.
La gran explanada central de todo el barrio a la que llamamos Fontanilla, en realidad son dos plazas, la de los Conquistadores, central y más amplia, y otra al norte más pequeña llamada Plaza de San Fernando, justo ahí se situaba la fuente con su brocal que todos conocimos.
Hasta principios del siglo XX todo éste lugar, por su agua abundante, fue zona de huertas. A partir de esa fecha se convirtió en el ensanche noroccidental del pueblo, trazándose nuevas calles que convergían en ambas plazas; calles como Silvela, Fernando Poo o Misioneros.
Por cierto, según nuestro historiador Felipe Lorenzana, la primera designación como, Fontanilla, se la adjudicaron en tiempos ya remotos a la actual calle Sagasta , y más tarde la misma calleja Lengua. En fin..
Joaquín.
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