viernes, 30 de diciembre de 2022

Mi vertiginoso descenso hacia la vejez.

                                                                                   



Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
Y aún nos arde en los labios algún beso reciente.

--José A. Buesa--


Ahora resulta que hay unas determinadas edades en la vida que son puntos de inflexión en nuestro natural envejecimiento.. Es decir, a partir de ellas bajamos en picado hacia la senectud.

¿Sabéis cuales son esas edades? ¡Pues ahí van!.. los 34, los 60 y los 78 años.. Quiere esto decir que al cumplir estos fatídicos años cambiamos a peor de manera acelerada. Son picos que alcanzamos para después arrear en la cuesta abajo.

¿Quién no ha vuelto a ver a un conocido después de unos años sin saber de él y llevado una desagradable sorpresa por lo envejecido que está? ¿O visto a un vecino ya anciano durante años sin cambios aparentes, y luego de golpe y porrazo verlo achacoso y renqueante? Bueno, pues esto está bien estudiado y lo que nos parecía una simple apreciación nuestra, quizás interesada por diferentes motivos, resulta que es pura ciencia biológica.

La cosa va de bajadas súbitas de proteínas en las células.

En fin.. Recordad: edad adulta temprana (34), edad media tardía (60) y vejez (78).. Que cada palo aguante su vela; la mía es ya bien jodida; hace poco he rebasado la segunda, o sea, mi segundo y vertiginoso descenso..

Joaquín


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