Una ermita, una calle, un barrio..

                                                                                       

¡Madre, madre, aquí estoy. Cuando la suerte quiso,
como bohemio errante dejé tu paraíso!
Hoy, enfermo y cansado, temí que mis despojos,
con las manos cruzadas y cerrados los ojos,
llegaran hasta ti; por eso vine antes,
para mirar de nuevo tus estrellas radiantes.
Cual si fuese un fantasma, ya mi sombra se aúna
a la de los sabinos del bosque milenario en las
noches de luna.

--Fco. A. de Icaza--

¡Oh, San Juan, San Juan!, ¿con qué relacionamos en Fuente de Cantos el nombre de San Juan? Vaya por delante que con San Juan aludimos a San Juan Bautista (primo de Jesús) y a San Juan Evangelista, autor del Apocalipsis. Pues, mirad:

La primera iglesia que se fundó en Roma fue la San Juan de Letrán, es la más importante de la cristiandad tras el Vaticano, y por eso, en honor a esa iglesia, se fundó en el pueblo la ermita de San Juan en el siglo XVIII, donde antes había estado el convento de Franciscanas Concepcionistas que luego se trasladó a la calle Olmo.

Como es lógico, a toda la zona donde está situada la ermita de San Juan y el primer cementerio que hubo en el pueblo, se le conoce simplemente como San Juan. Así que, la calle que llegaba hasta la ermita y al cementerio, no iba a dejar de llamarse otra cosa que no fuera San Juan.

Antes de denominarse calle San Juan, su nombre era Calzadilla. De hecho, calle Calzadilla era toda la calzada que iba desde la Plaza del Ayuntamiento hasta la salida del pueblo dirección Calzadilla de los Barros. Es decir, lo que ahora son las calles, Pizarro, Olmo, Cristo, Magallanes y San Juan, correspondían a una sola calle, Calzadilla. 

En fin.

Joaquín