Hace ya diez años
que recorro el mundo
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!
Quien vive deprisa no vive de veras
quien no echa raíces no puede dar frutos.
Ser río que corre, ser nube que pasa
sin dejar recuerdo, ni rastro alguno
es triste, y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.
Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor que ser humo;
el viaje cansa
prefiero el terruño.
--José S. Chocano--
Abraham recibe un mensaje de Dios: es terrible, tiene que sacrificar a su hijo Isaac.
Y Abraham sufre lo indecible. Quiere a su hijo pero también es un hombre devoto y sabe que tiene que obedecer a Dios. Lleva a su hijo a lo alto del monte Moriath, lo ata a un altar de piedra y se dispone a matarlo con un cuchillo, tal y como le ha ordenado Dios..
No obstante en el último segundo, Dios le envía un ángel y le impide la carnicería.. En vez de a su hijo, Abraham sacrifica a un carnero que se ha quedado atrapado en unos matorrales cercanos.
Ésta historia tiene una moraleja. Se suele considerar que: ten fe, haz lo que te dice Dios y todo saldrá bien... Pero, imaginaos lo qué debió pasar por la mente del pobre Abraham, las preguntas, los miedos y la angustia que debió sentir mientras hacía el viaje de tres días desde su casa a la montaña en la que él creía que debía matar a su hijo..
La Biblia presenta a Abraham como un ser admirable capaz de matar a su hijo si Dios se lo pide, pero ¿No es obligación de un padre cuidar de su hijo sobre toda las cosas? ¿Y quién nos asegura que el mandato de Dios no es más que una alucinación que hayamos tenido?.
Conste que Abraham es el padre del cristianismo y hoy celebramos el nacimiento del cristiano más importante, es decir, Cristo, y este sí murió realmente..
En fin, yo ahí lo dejo..
Joaquín
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