¿Por
qué volvéis a la memoria mía,
tristes
recuerdos del placer perdido
a
aumentar la ansiedad y la agonía
de
este desierto corazón herido?
¡Ay!.
que de aquellas horas de alegría
le
quedó al corazón solo un gemido,
el
llanto que al dolor los ojos niegan
lágrimas
son de hiel que el alma anegan.
¡Pobre
Teresa!. Cuando ya tus ojos
áridos
ni una lágrima brotaban;
cuando
ya su color tus labios rojos
en
cárdenos matices se cambiaban;
cuando
ya de tu dolor tristes despojos
la
vida y su ilusión te abandonaban.
¿Quién
a parar alcanza la carrera
del
mundo hermoso que al placer convida?
Brilla
radiante el sol, la primavera
los
campos pinta en la estación florida;
truéquese
en risa mi dolor profundo...
Que
haya un cadáver más..¿qué importa al mundo?
(Espronceda)
Cada
ciudad importante tiene asociado un monumento por el que se la conoce
en el mundo y que la hace inconfundible, única.. Los hay tan
superfamosos que con solo ver la silueta aun distorsionada de ése
monumento enseguida sabemos de quién se trata. Me estaba acordando de
Londres y su archiconocido Puente; o el Coliseo, que
inmediatamente lo vinculamos Roma, la ciudad eterna. Nueva
York tiene su Empire State, figura tan popular... De Madrid
pocos desconocerían al presentárseles delante de sus ojos la
Puerta de Alcalá que se trata de la capital de España; Barcelona
y su Sagrada Familia son inseparables. No obstante si hay una
ciudad en el planeta vinculada especialmente a un monumento sería sin duda alguna París y su torre Eiffel..
Este año se cumplen 130 de la inauguración de la torre Eiffel,
una de las maravillas de la ingeniería actual a pesar de su
senectud. Sabemos que la idea original era colocarla sólo para la Exposición
Universal a celebrar en 1889, después se quitaría... Dichosas
exposiciones, digo yo, gracias a ellas las ciudades se revitalizan y
nos queda para la posteridad maravillas tales como, la Plaza de
España de Sevilla, erigida para la Expo de 1929, o la transformación
de Barcelona para la de 1992.
Las
cifras de la torre Eiffel son extraordinarias, 320 metros de altura,
(50 mts. más que nuestra torre Espacio de Madrid) lo que la hizo el
edificio más alto del mundo durante más de cuarenta años (hasta la
construcción en Nueva York del edificio Chrysler en 1930), pesa unas
7.300 toneladas, y también, toneladas de pintura se gastan en ella cada varios
años para reponerla del desgaste.. Pero hay más.. en su interior
alberga tres restaurantes y una cafetería. Alguna con capacidad para
500 personas.. Es el monumento mas visitado del mundo con casi ocho
millones de sorprendidos turistas entre los que me incluyo. Y qué
decirles de las vistas de París desde cualquiera de sus tres
panorámicas, pues sencillamente espectacular. Pocos paisajes urbanos
son tan grandiosos, quizás el único comparable al de Nueva York
desde la planta 110 del Empire State... Si, pero...
Sus
comienzos fueron dolorosos; aun pervive la carta que firmaron los mas
eminentes sabios y artistas parisinos del
momento, entre los que estaban, Alejandro Dumas, Guy de Maupassant o
Paul Verlaine, (el gran poeta) oponiéndose tajantemente a su
construcción, por fea y horrorosa. Alegaban que iba a romper el
exquisito “sky line” urbano de la ciudad más bonita del mundo..
“Ese esqueleto de atalayas”, “lámpara de calle trágica”,
“mástil de hierro deforme” y un largo etcétera de desprecios
más llegaron a escribir de ella... Hubo un famoso escritor que la
llegó a calificar de monstruo horroroso. A este buen hombre una vez
le vieron tomar un café desde uno de los restaurantes de la torre y
al ver la cara de sorpresa que ponían los transeúntes al
reconocerlo, les dijo: “Sí, no os extrañéis, tomo café aquí
porque es el único sitio de la ciudad desde donde no veo su
silueta”..
Evidentemente
hoy no se entiende París sin su torre.. Allí ha pasado de todo
durante estos 130 años de vida; tipos que la han escalado con
cuerdas, otros se ha tirado desde lo mas alto de cúspide etc. etc.. Durante
cinco años la marca de coches Citroen hizo publicidad con grandes
letras iluminadas que ocupaba casi toda la superficie de la torre, o incluso Hitler se quedó con ganas de subir a ella cuando los alemanes
ocuparon la ciudad y, por cierto, casi ordena demolerla.. Pero de todas la curiosidad más
sorprendente para nosotros los españoles es que la torre se podría haber hecho en Barcelona, pero su
alto coste desestimó la idea.. ¡Ya ven qué puntazo!..
Estos
días seguro que los franceses estarán todos a una a celebrar el
aniversario de su monumento más emblemático. Ahí no hay fisuras ni
chorradas de arrepentimientos y pedidas de perdón que valga. Éstas
tonterías se quedan para sus vecinos del sur, tan pacatos...
Dicho
queda...
Joaquín
Yerga
Muy interesante.
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