Santiago subió por el balcón al dormitorio donde dormía el marido de su amante, y le dio once puñaladas mortales. Se dijo después que el marido sospechaba ya que su mujer, María Vicenta, y su primo, Santiago se encamaban. Pero el asesino dejó pistas. Tantas pistas dejó que la policía descubrió el pastel.
Fue un día triste de principios de verano aquel 23 de junio de 1798, el día que fueron ajusticiados a garrote vil, María Vicenta de Mendieta una bella dama de 32 años y su amante, el joven de 24, Santiago San Juan..
María Vicenta y Santiago eran primos, y tramaron asesinar al marido de ella.. El muerto era Francisco del Castillo, exitoso comerciante, amigo personal del jurista y escritor extremeño Meléndez Valdés, nacido en Ribera del Fresno..
Mucha gente estuvo en desacuerdo con la condena a la esposa; "ella solo fue la instigadora" alegaron, además era mujer. Sin embargo el pueblo llano presionó para que también muriera junto a su amante... Por los mentideros y plazas madrileñas se oía un estribillo que decía: “Si a la plaza no sale la del Castillo pueden ya las mujeres matar maridos”... Ya lo veis, el pueblo llano, jejeje
El garrote vil es un instrumento casi de tortura; consiste en sentar el reo en una silla de madera sujetándole la espalda y el cuello con un respaldo rígido.. Un collar de hierro con un tornillo acabado en bola le ciñe el pescuezo.. Según el verdugo va girando y enroscando el tornillo la bola le aprieta el gaznate produciéndose la muerte del desgraciado por dislocación de la apófisis odontóides de la vértebra.
Por cierto, igual que en cualquier ejecución, aquel día cientos de familias con sus niños y parientes llegaron de todas partes a la Plaza Mayor con bocadillos y sus botas de vino a pasar la mañana, y se deleitaron gozosamente mientras a la desdichada pareja le cortaban el cuello. Sí sí, se deleitaron, y sin pagar entradas..
En fin
Joaquín
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