lunes, 22 de abril de 2019

La muerte no es el final

                                                                                         


No es corriente que un personaje político importante termine su existencia suicidándose.. No, puesto que estos tipos suelen estar suficientemente motivados de ansias de poder y dinero (qué os voy a contar😂 ) como para no acabar voluntariamente la bicoca de sus vidas.. No obstante alguno han  habido..

Hace ya mucho tiempo, el tirano de Corinto (antigua Grecia) Periandro, como no tenía la conciencia tranquila, ya que durante los cuarenta años en los que se mantuvo en el poder se había granjeado muchos enemigos que deseaban fervientemente su muerte, ideó una estratagema que al final no le salió demasiado bien.. Mirad:

Ya casi viejo y viendo que le quedaba poco de vida, Periandro contrató a dos sicarios para que le mataran y luego enterraran en secreto su cuerpo. Así nadie podría luego profanar su tumba y ultrajar sus restos.

Hasta aquí todo bien, (bueno, casi se entiende la cosa a pesar de la barbaridad). 

Pero es que el tío contrató a otros dos asesinos para que a su vez mataran a los dos anteriores, así el misterio del lugar de su sepultura sería total... 😮😮😮

Pero hay más.. Sí sí, hay más...

No os riais, pero la cosa no paró ahí, ¡qué va!, el bandarra de Periandro, éste tirano tan curioso, también tenía previsto a otros dos matones para asesinar a los dos últimos, con lo que si le llega a salir bien el plan hubieran muerto asesinados seis parejas de matones, y todo para que nadie encontrara su cadáver...¡Qué tío!.. 😂😂😂

Comprenderéis que (salvo enfermedad mental) suicidios de poderosos hay muy pocos; pierden mucho si lo hacen. Estos tíos viven bien, triunfan y así cualquiera querría vivir eternamente. 

Más bien son los más pobres y desgraciados los que acaban con sus vidas; "total para qué pasar calamidades en este valle de lágrimas que es la vida", piensan, y no sin razón..😔😔😔

Por cierto, Hitler, temiendo qué iban hacer con su cuerpo, se pegó un tiro y ordenó que quemaran su cadáver.. A su amigo Mussolini le fue peor, a este lo mataron y su cadáver (destrozado) fue expuesto al público colgado en la plaza principal de Milán, su ciudad... 

Joaquín 







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