Ayúdenme, ¿a qué partido voto?..
Cuando
me lo contaron sentí el frio
de
una hoja de acero en las entrañas,
me
apoyé contra un muro, y un instante
la
conciencia perdí de donde estaba.
Cayó
sobre mi espíritu la noche
en
ira y en piedad se anegó el alma
¡y
se me rebeló por qué se llora!
¡y
comprendí una vez por qué se mata!
Pasó
la nube de dolor... con pena
logré
balbucear unas palabras...
y
¿qué había de hacer? Era un amigo,
me
había hecho un favor... Le di las gracias
(Bécquer)
No
se lo van a creer, pero necesito que alguien me asesore sobre qué
partido votar mañana; estoy perdido.. No obstante, antes de que
nadie ose aconsejarme y lleve a cabo semejante acto de generosidad
para conmigo, debo decirles qué pienso realmente y cuál es mi
filosofía de vida.., ¿es lógico, no?
Comenzaré
diciéndoles que soy un tipo normal, de esos llamados
eufemísticamente “de a pié”.. En algunos lugares se me podría
englobar dentro de la denominada clase media, aunque últimamente y
por circunstancias inconfesables, venido a menos.. Otros datos que
pueden serles de utilidad para el desinteresado consejo que espero me
den, son los que siguen...
Soy
nacido y criado en España con ancestros
de toda la vida de esta nacionalidad. He vivido la primera parte de
mi existencia bajo la llamada “dictablanda” de Franco... Lo
de “dictablanda”
lo digo en contraposición a los primeros años de la posguerra,
que sabemos fueron durísimos. Yo afortunadamente viví lo mejor, el
“desarrollismo”, la emigración masiva y también aquello del,
“Spain
is different” con
sus turistas de sol y playa...
En
esa España, algo gris todo hay que decirlo, incrustaron en mi
pensamiento y a marchamartillo que nuestro país era
indivisible... Y me hablaron de nuestras regiones y sus
costumbres, de sus trajes típicos y de sus productos
exclusivos de cada una de ellas.. También aprendí una historia
común de héroes medievales y aquello de que “en
España no se ponía el sol”por lo inmenso de su imperio..
Por lo tanto llevo en lo más profundo de mi alma ese substrato
de español al uso..
Pero
hay más: Más tarde, muerto ya el dictador (hecho que
coincidió con lo más lozano de mi juventud) nos explicaron lo bueno
que era la democracia y la transición a ella tan perfecta que
estábamos haciendo. Fuimos ejemplo para el mundo entero de nuestra
reconciliación, tan difícil después de una guerra civil. La
aceptamos todos yo también, porque por primera vez en nuestra
complicada historia podríamos convivir como un país
civilizado con partidos políticos de todo signo y condición...
Acepté
así mismo (como casi todos mis compatriotas) los nuevos aires
de progreso y tolerancia. Por enumerar algunos diré que
fueron bienvenidos por mi parte, y sin despeinarme siquiera: el
divorcio, los matrimonios de homosexuales, el aborto, la libertad de
expresión, o la ley del tabaco, en lo tocante a lo social.
También, ¡cómo no! en lo político la España diversa,
con sus autonomías, los idiomas co-oficiales, o incluso el
derecho a declararse independentista, que de todo había..
Me
indigné mas tarde (como todos los españoles de buena condición) con
los atentados terroristas de la banda ETA,
que nos asesinaban a mansalva y sin pudor. Al estar residiendo
ya en Madrid en
los llamados “años
de plomo”,
durante los cuales semana si y otra también nos ponían o
amenazaban con alguna bomba indiscriminada, padecí el temor y
los cotidianos sustos de sufrir sus efectos colaterales, que llamaban
ellos...
He
presenciado, dolido y perplejo en estos últimos tiempos, una
cadena de despropósitos, manifestaciones ofensivas y agravios
de ultranacionalistas periféricos sobre nuestro país y los
españoles sin merecerlo. Incluso me han acusado de manera
inmisericorde de que les robo, que les quito su libertad o que les he
invadido su terruño. Han quemado mi bandera, asesinado a
compatriotas (podíamos haber sido cualquiera de nosotros) en
nombre de un derecho de autodeterminación que se salta, por
cierto, las reglas y leyes que nos dimos todos en la
constitución...
Pero
el lumbreras que me vaya a instruir sobre el voto que debo emitir
debe conocer también mis deseos. Son sencillos: Primero y sobre
todas las cosas que a todos los españoles nos vaya muy bien -- a
todos sin distinción-- que encuentren su trabajo preferido, los que
lo busquen, ¡claro! (a mi que no me miren) y que nuestro nivel
de vida y progreso sea de los más altos del mundo. Y cómo no, que
la sanidad y la educación naveguen viento en popa por todos y cada
uno de los rincones de nuestra patria...
Advierto
al hipotético asesor que esté presto a socorrerme que estoy a
favor de la unidad de España porque
entiendo que es la única forma de prosperar y de que haya igualdad y
bienestar para todos. A él le informo, por mi parte, que podría
depositar mi voto en la urna de Podemos porque
se definen como un partido de izquierda que están por la
igualdad de todos, pero veo su programa electoral y resulta que
están aliados con independentistas de todo signo y ralea que lo
único que los unen es su odio a España y marcar diferencias entre
nosotros...
Informo
a mi --a estas alturas ya-- desconcertado consejero, que siempre
tuve simpatías por el Psoe
de
Felipe González, pero (y
por esto dudo en votarles) me sorprendo de su blandenguería actual
para con los radicales nacionalistas, y observo con pena un afán
desmesurado por pactar con los anteriores a cualquier precio..
Acerca
del PP entiendo
que quizás defiendan mejor que los dos anteriores la
unidad del país y la igualdad de todos los españoles, sean de
la región que sean, porque son menos autonomistas, aunque reconozco
que tiempo han tenido de endurecer leyes y no lo han hecho.. La
economía mejora con su gestión, pero hay temas sociales: aborto,
eutanasia que no estoy muy de acuerdo con sus planteamientos..
Del
emergente Ciudadanos,
tal vez un poco bisoños los veo, sin embargo como liberal que dicen
ser y considerándome yo de esa condicion, no me desagradan del
todo.. Aun así tengo dudas razonables de depositar en su urna mi
voto.. Quizás el consejo que espero me sirva para disipar temores...
Me
queda, amigo e improbable consejero, ése nuevo partido surgido a la
derecha del PP, cebado por las ofensas de los independentistas y que
le pusieron de nombre Vox..
Lamento no decirte mucho sobre él porque, a pesar de las enormes
expectativas que suscitan en estas elecciones no conozco su programa
ni ideario,
solo que, y en eso estoy de acuerdo, suspira por la unidad del país..
Con
todo mi pensamiento político-social abierto en canal y
expuesto a valoración pública, espero que alguna persona sensata
y prudente, con miras a conseguir un país mejor a corto y largo
plazo me ayude. Que no se deje llevar éste por inquinas, odios
o revanchas, y que me oriente cómo colaborar para que esta nave
llamada España vaya
en rumbo seguro hacia una meta bien definida y deseada por la
mayoría.
Dicho
queda..
Joaquín
Yerga
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