jueves, 18 de abril de 2019

Lo que el fuego se llevó..







Yo sé cual es el objeto
de tus suspiros es;
yo conozco la causa de tu dulce
secreta languidez.

¿Te ríes?...algún día
sabrás niña por qué,
tú acaso lo sospechas,
y yo lo sé.

Yo sé cuando tú sueñas,
y lo que en sueños ves;
como en un libro, puedo lo que callas
en tu frente leer.

¿Te ríes?...algún día
sabrás, niña, por qué;
mientras tú ríes mucho y nada sabes,
yo, que no siento nada, todo lo sé.
(Bécquer)

No crean que el fuego devastador solo se cebó con la catedral de Notre Dame hace un par de días, imagino que saben que son multitud de palacios y obras de artes las que pavorosas llamas se han llevado por delante calcinando bellezas tan inigualables como irrecuperables.. Me estaba acordando del gran palacio y antigua residencia de los reyes de España, llamado El Alcázar de Madrid y su destrucción total por las llamas.. Miren qué drama...
Estaba situado el Alcázar en el solar que ahora ocupa el Palacio Real y era una mole inmensa, sito justo en la cumbre de ese promontorio de la ciudad desde donde se divisa todo el valle de Manzanares y algo más.. Su construcción tal vez se remontara a tiempos de los Reyes Católicos, y los sucesivos monarcas posteriores lo fueron ampliando.. Ahí tenía la corte los últimos de los austrias y el primer borbón, Felipe V.. Entre sus estancias estaba el estudio donde Velázquez ejecutó con su prodigioso pincel casi todas sus mejores obras...
Figúrense cómo sería hoy el Museo del Prado si de los más de mil cuadros que albergaba el Alcázar, algunos del mismo Velázquez como la famosa “La expulsión de los Moriscos” y otros muchos de los mejores pintores del momento de, Ticiano, Rubens, Rembrandt, etcétera, no se hubieran chamuscado centenares de ellos en aquel fatídico incendio..
Todo empezó un 31 de diciembre de 1734, es decir, la misma noche de nochebuena. La chispa se originó en el taller que el pintor holandés, Jean Ranc tenia en la zona sur del palacio.. El fuego fue espantoso, toda la ciudad de Madrid se movilizó para ayudar a atajarlo.. Campesinos, artesanos y comerciantes de todas las zonas aledañas y arrabales acudieron cargados con cántaros, cubos y cualquier objeto que pudiera almacenar agua que echar a las llamas.. Las autoridades impidieron abrir las puertas del palacio temiendo que fuera a ser objeto de saqueos y actos vandálicos por parte de la plebe, lo que hizo sino avivar más si cabe la tea ardiendo que era ya el colosal edificio..
Todo quedó arrasado, se perdieron mas de 500 cuadros de un valor incalculable, joyas, trajes, mobiliario, todo lo que un Palacio Real de más de 400 años pudiera albergar.. Como siempre, se especuló sobre el origen y las intenciones de los posibles pirómanos, incluso se señaló como culpable al mismísimo rey Felipe V que, deprimido por tener que residir en un viejo y austero palacio, nada que ver con las maravillosas estancias de su Versalles natal allá en Paris, ordenó meterle fuego... Por supuesto todo quedó en eso, habladurías sin sentido, aunque nunca se supo el origen real del fuego..
Gracias a Dios y a algunos despabilados guardianes del palacio que aun se pudieron salvar de la chamusquina unos 500 cuadros incluido “Las Meninas” que, arrancado el lienzo del marco se pudo arrojar por una ventana y ser rescatado en buen estado... Estos cuadros fueron luego el origen del actual Museo del Prado, ¡menos mal!.. Por cierto, 200 años después vivieron estas obras de arte una situación parecida durante la Guerra Civil y los bombardeos de Madrid por el bando nacional..
El terreno donde se ubicaba el antiguo Alcázar quedó desierto durante cuatro años, hasta que el mismo Felipe V, mandara iniciar las obras del actual y magnifico “Palacio Real” al más puro estilo francés que estaba de moda entonces.. Se inauguró oficialmente unos cincuenta años más tarde, reinando el llamado mejor alcalde de Madrid, Carlos III, o lo que es lo mismo el architatarabuelo de Felipe VI, nuestro joven rey actual.. Hoy es el palacio más grande de Europa; y yo apostaría que de los más bonitos..
Tengamos, por favor, cuidado con nuestras joyas arquitectónicas porque de ellas dependerá el futuro de nuestros hijos y nietos. Ya que no somos muy despabilados para las tecnologías y las nuevas industrias de las que vivir, posiblemente el turismo será lo que nos salve de la pobreza..
Dicho queda..
Joaquin Yerga

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