Yo no
tengo otro oficio
después del
callado de amarte,
que este oficio de
lágrimas, duro,
que tú me
dejaste.
¡Tengo una vergüenza
de
vivir de este modo cobarde!
¡Ni voy
en tu busca
ni tampoco consigo
olvidarte!
--Gabriela Mistral--
¿Qué pecado pudo cometer Germán, un monje benedictino eslovaco, para ser condenado a muerte por ello? No lo sabemos. Pero si sabemos que imploró clemencia a sus superiores del convento. A cambio prometió escribir un libro sagrado que recopile todo el saber del mundo, incluida la Biblia, y todo en una sola noche; la noche que le queda antes de morir.
Ante la insistencia tan tremenda de Germán y quizás movido por la curiosidad, el abad del monasterio ha cedido, le da otra oportunidad.. Se ha reunido con los priores y han aceptado la propuesta; sabiendo de antemano, ¡claro!, que será imposible hacerlo. Están convencidos que mañana las autoridades civiles le llevarán y le ejecutarán..
Germán se tiró toda la noche suplicando a Dios lo indecible para que te ayude a escribir el libro prometido, pero no obtiene respuesta. Está desesperado. Luego recurrió al Diablo, lo invocó, ¡coño, éste ha atendido sus súplicas!. Pero le ha puesto una condición: que en el libro aparezca su imagen ¡la de Satán! en la primera página..
Ya es mañana. Muy temprano, el abad y los guardias han entrado en su celda con la intención de acompañarle directamente al patíbulo para su ejecución, pero, ¡Dios mío, ahí está libro, a su lado! ¡Es colosal!, ¡Enorme!.. ¡Germán, se ha salvado por los pelos!..
Dejadme, no obstante, deciros una cosa: Germán murió de viejo, sí, pero solo, amargado y aborrecido por sus compañeros por haber hecho, un pacto con el Diablo.
Por cierto, el libro existe. Es conocido como la “Biblia del Diablo” y está custodiado bajo cien llaves en Estocolmo, la capital de Suecia.
El libro ha pasado por multitud de peripecias, todas malditas.. Mide la barbaridad de casi un metro de largo por 55 cmts. de ancho y pesa 75 kg.. Contiene la Biblia cristiana entera con sus dos testamentos, copias perfectas de las Etimologías de San Isidoro, tratados médicos y manuscritos de multitud de autores, entre filósofos, escritores, teólogos etcétera.
Es decir, ¡Germán cumplió su promesa de recopilar en un solo tomo todo el saber de su época!.
Joaquin
el Demonio en la portada de la Biblia del Diablo
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