La mujer que apunto estuvo de confesarme su secreto

                                                                                     

       

Seremos dos extraños desde este mismo instante

Y pasarán los meses, y tendrás otro amante;

y, como eres bonita, sentimental y fiel,

quizás, andando el tiempo, te casarás con él.

Y ya, más que un esposo, será como un amigo,

aunque nunca le dirás que has soñado conmigo,

y aunque, tras tu sonrisa de mujer satisfecha,

se te empañen los ojos, al llegar una fecha...

--J. A. Buesa--

---¿Un secreto? ¿Qué es un secreto, me preguntas? Pues espera que le eche un vistazo al diccionario. ¡Ah, sí, aquí lo dice!---le respondí mirando la Wikipedia en el móvil---es la práctica de compartir información entre un grupo de personas, en la que se esconde información a individuos que no están en el grupo. Espera que dice más cosas; que los hay de tres tipos: Secreto Natural, Secreto Prometido y  Secreto Confiado.

---Vale vale, Joaquín, tampoco quería saber tanto, era una simple pregunta para entrar en conversación, jajaja

---Jajaja, es que has tocado un tema muy interesante---me carcajeé---pero te adelanto que los secretos naturales son los más interesantes y de estos---insistí---los íntimos son los que producen más morbo, porque, a ver dime, quién no tiene algún secretillo que no le contará ni a su padre, jajaja

En un terreno resbaladizo nos habíamos metido mi amiga y yo. Y lo digo porque siempre pensé que no éramos totalmente sinceros el uno con otro, al menos por mi parte. Tras un largo rato callada y mientras le daba un sorbo a su café, me confesó:

---Yo reconozco tener secretos no confesables que a nadie revelaré jamás, y digo a nadie, y no pasa nada. Que no me obliguen a ser como un libro abierto de par en par, por favor, prefiero guardar algo. Incluso creo que una persona con secretillos es más atractiva, jajaja

---Ummmm, qué interesante se pone esto---exclamé---te doy la razón, amiga, el que diga que no tiene secretos miente. Los secretos no tienen por qué ser sólo de carácter sexual, ni de cuernos, ni incluso terribles, que no todo el mundo los tiene por qué tener, los secretos pueden ser íntimos y de pensamiento, y de estos, me temo, todos ocultamos algo---concluí morboso. 

Se animó la conversación. Siempre quise llevarla a ese terreno y tirarle de la lengua. He de confesaros que me atraía sexualmente, pero está casada y nunca me atreví, claro. 

---Cierto, Joaquín---se atrevió ella---los secretos más seductores son los íntimos, y mientras más íntimo mejor, ¡Ay, si nuestra pareja lo supiera todo de nosotros! Ufffff. ¡O los amigos conocer realmente qué pensamos de ellos!. 

Lo de esto último me desarboló, ¡Dios! ¿Me estaba confesando que mentía a su marido? ¿Qué yo, como amigo suyo, le gustaba?. No pude salir de dudas porque se presentó, Fernando, su marido, al que esperábamos desde hacía una hora. Eso sí, a partir de ahí me puse como loco a buscar otra ocasión para poder charlar y retomar la conversación 

Joaquín