Te acordarás un día de aquel extraño amante,
profesor de horas lentas, con alma de estudiante.
hombre lejano que volvió del olvido
solo para quererte como nadie te ha querido.
Aquel que fue ceniza de todas las hogueras
y te cubrió de rosas sin que tú lo supieras
--J. A. Buesa--
Dicen que el amor no entiende de matemáticas. Se refiere la cosa a no contar los años de diferencia entre los miembros de la pareja.
Lo sabéis igual que yo, cuando se trata de parejas con mucha diferencia de edad, lo habitual es que sea un hombre mayor con una mujer mucho más joven, salvo excepciones, o cuando ella es famosa o tiene mucha pasta. Ahí tenemos a la cantante Cher (77 años) y su último pretendiente, un imberbe de apenas 36.
Pero seamos sinceros, en esas relaciones tan dispares, lo normal es lo de Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, es decir, él mayor y con unos veinte o veinticinco años de diferencia, ¡pecata minuta, vamos!..
Claro que, en estos heterogéneos matrimonios de joven, veinticinco años de diferencia se sobrelleva bien, pero a los ochenta, ufffff es ya muy complicado...
Yo estoy a favor de todo. Allá cada cual. Además me encanta ver cada vez más parejas interraciales: por ejemplo, él, sesenta años, separado o viudo, español, jubilado o a punto de estarlo, con su pisito pagado, buena paguilla y unos ahorros. Ella, dominicana o colombiana, treinta años, con media vida hecha en su país, recién llegada a España, sin un duro, pero con ganas de seguridad económica y de ayudar a los suyos, muy necesitados allá, por cierto.
En fin, nada malo hay en esa relación, ambos se complementan y ambos aportan lo que le sobra; a uno dinero, a la otra juventud. Y me valdría igual si la cosa fuera al revés.
En fin
Joaquín
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