¿Sabíais que si no hay un cura cerca y estamos a punto de morir, siempre podremos contarles nuestros pecados al hombre más honrado que tengamos a mano? Pues sí, se nos perdonará los pecados. Eso dicen, al menos, las ordenanzas eclesiásticas.
Otra cosa es tener a mano ese tipo honrado ¿Y no puede ser una mujer?. Pues no.. ¡¡Ya estamos!! Y una cosa os digo: en tiempos pasados la confesión y posterior perdón de los pecados era fundamental para la gente aprensiva.. Morir sin que antes un sacerdote nos diera la extremaunción, que no es otra cosa que el perdón, era motivo de congoja extrema.
En fin.. ¡Ah! os advierto, si os da por estirar la pata y ando yo por allí cerca, no dudéis en confesaros conmigo, honrado soy a carta cabal... Otra cosa es que pueda mantener el secreto de vuestros pecados mucho tiempo.
Joaquín

No hay comentarios:
Publicar un comentario