Abrí los ojos.. Estaba solo en la cama, qué extraño.. pero lo peor vino después.. ¡¡Dios mío, qué locura, no era mi cama habitual donde estaba tumbado!!, ¡¡Ni mi habitación!! ¡¡Era mi cama de soltero, en casa de mi madre, en el pueblo!!,
—¡¡Qué coño es esto!!—grité
Tardé una eternidad en reaccionar. Me restregué los ojos mil veces, me pellizqué ¿Soñaba? No sé, el caso es que sin saber cómo había vuelto a mi adolescencia. Todo estaba tal cual lo dejé hacía más de cuarenta años.
De repente entró mi madre en la habitación, alertada por mi exclamación, supongo.. y la vi vivita y coleando. Lloré y la abracé hasta hacerle daño.. Se extrañó.. me dijo que a qué venía ese abrazo, que si la fiebre que me produjo la gripe me hacía delirar.. ¡Qué os parece!
Y así pasé la mañana, confundido, desorientado. Luego llegó mi padre de su trabajo en la gasolinera, como si no hubieran pasado los años, y mis hermanas, y hasta a mi abuela la vi enlutada como siempre haciendo punto junto al brasero. ¡¡Era como regresar del futuro, no podía creerlo!!. ¡¡Había retrocedido cuarenta y cinco años de golpe y nadie era consciente de ello, sólo yo!!.
Me fui habituando a mi nueva vida, que era la misma que ya había vivido cuatro décadas atrás. ¡¡Dios, qué sensación más extraña!!, ¡¡Qué inverosímil todo!!... Pero era feliz.. Por supuesto no dejaba de pensar en mi mujer y en mis hijas, allá, en mi otra vida, pero... qué iba hacer, volvía a revivir la etapa más feliz de mi vida. ¡¡Resultaba que yo era un joven de diecisiete años manejado por la mente de un tipo de sesenta!!..
Comprended que estuviera exultante. Durante varios días volví a salir de juerga con mis amigos, a fumar el paquete de Ducados de siempre, a tomar vinos por las tabernas del pueblo, a saludar a mis vecinas con más efusividad que nunca. Todas estaban allí.. Una noche me acerqué a la discoteca, y vi a Pepi, la chica por la que bebía los vientos entonces, y que más tarde me dejó.. Al verla quise hablarle y pedirle explicaciones por todo aquello, pero preferí esperar, quizás me tildara de fantasioso si le aventurara el futuro.
Y así, como flotando en una nube, como un chiquillo que ha encontrado su juguete perdido transcurrían mis días y mis noches, y era inmensamente feliz con los míos. De repente una mañana me desperté más aturdido de lo habitual, abrí los ojos y, ¡¡joder, volví a estar en 2025!!. Me incorporé fastidiado de la cama. Los rayos de sol traspasaban los visillos de la ventana. Los corrí y me asomé a la calle para asegurarme; efectivamente, los enormes edificios de diez plantas que rodean al mío y que a lo largo de la mañana me taparán la luz, los vi de frente, como siempre. Volvía a estar en Madrid.. Todo había sido un sueño.
En cualquier caso fue un bonito sueño del que no hubiera querido despertar.. ¿Os ha pasado alguna vez?..
Joaquín

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