Qué curioso, precisamente había leído no hacía mucho algo sobre el asunto, así que, quedé como Dios, cuando ella me preguntó aquello de:
---¿Por qué será, Joaquín, que no me gusto en las fotos?. pero no me pasa eso cuando me miro al espejo, que me sigo viendo guapa.
No soy un experto en el tema, pero ya os he hablado de mi suerte. Tiré de memoria:
---¿Y no será que la imagen que ves en el espejo es la que tienes construida de ti misma?...le dije---pero, ¡claro!, no es la real. No, porque el espejo te devuelve la imagen centrada y ni tu rostro ni tu cuerpo es simétrico. Una fotografía sí te muestra tal y como te ven los demás y no como te ves a ti misma cada mañana.
Quedó pensativa, pero creo que me entendió, Eso sí, aprovechó para contarme algo relacionado. También quiso saber del sonido:
---Tampoco me gusta mi voz cuando la oigo en una grabadora; la percibo extraña, diferente, ajena a mi.. Debe ocurrir como la imagen de la foto que me dices, que no me escucho a como estoy acostumbrada, aunque la de la grabadora es la voz que oyen los demás.
---Lo de la voz también tiene su explicación---le expliqué---he leído que las ondas de nuestra propia voz llegan a nuestros oídos por dos canales, el externo (el mismo con el que te oyen los demás), y un canal interno que transmite esas vibraciones a través de nuestra cabeza. Y esa caja de resonancia interna---proseguí---hace que cuando mi voz rebota en ella, me suene más grave y clara que cuando la escucho fuera. Por eso mi voz cuando la escuchan los demás es distinta a la que escucho yo, y por eso también lo primero que siento es rechazo al oírme en un audio
Por cierto, a cuento de todo esto me invitó a su casa a ver fotos antiguas suyas. Terminamos susurrando palabras de amor al oído. Yo al suyo, claro..
Joaquín

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