Ayer no estuve ausente; hoy, qué importa que muera.
Sobre tus verdes campos una estación impera:
invierno, otoño, estío, aquí son primavera.
Arrópenme con tierra tus manos amorosas,
el rictus de mi boca han de borrar tus besos,
la savia de mi carne y el polvo de mis huesos
renacerán en rosas.
–Fco. A. de Icaza--
Pues tuvimos sangradores en Fuente de Cantos, y muchos. Os recuerdo que la sangría fue parte esencial de la práctica médica.
Se decía antaño que la sangría purga el cuerpo, refuerza la memoria, limpia la vejiga, deseca el cerebro, calienta la espina dorsal, aclara el oído, alarga la vida, y ahuyenta las enfermedades.
La sangría se llevaba a cabo con lancetas, y en aquellos más débiles se empleaban las sanguijuelas. Uno de los sangradores más famoso que hemos tenido fue D. Abdón García con 30 años, en 1880 ejercía su oficio con primor.
Bueno, y hemos tenido excelentes médicos. Fijaos:
En 1599 (tiempos de Cervantes) vivió en el pueblo, en la calle La Sangre, un tal Nicolás de la Torre, que había nacido en Flandes (Bélgica). Se vino a Fuente de Cantos y se casó con María Gallega. Era un cirujano reconocido.
En 1752, tuvimos otro buen médico, D. Diego Honorio de Soto, natural de Jerez de la Frontera. Estando ejerciendo en el pueblo se enamoró de Josefa Camino, de Medina de las Torres. Quedó buen recuerdo de su labor en Fuente de Cantos cuando murió.
En 1855 (de cuando Isabel II) fue médico titular de la villa a D. José Fernández Adame (en el cementerio encontraréis alguna tumba con este apellido).
Estos son sólo algunos de los más queridos, porque de mis tiempos mozos sí os acordaréis de:
Don Félix Capote, médico forense, con su maletín y su sempiterna capa azul, y...
Don Manuel Blanco, que iba de visita domiciliaria con su automóvil Morris negro, y...
Don Antonio Sabán, alto, desgarbado, así lo recuerdo. Andando hacía sus visitas a domicilio. Operaba de hemorroides con finura y gran éxito.
Y qué me decís de los practicantes.
D. Juan Bernáldez y D. Germán López, y sus motos Guzzis pinchando a domicilio. Y D. Antonio Isla o D. Juan Monago, sin olvidarnos de D. Félix García, al que traté menos.
En fin, estos son sólo algunos ejemplos. Hemos tenido en Fuente de Cantos cientos de médicos, farmacéuticos, sanitarios, boticarios, sangradores, etc. a lo largo de nuestra larga y fructífera historia.
Mañana más
Joaquín
calle Llerena esquina Virgen de Guadalupe
calle Llerena
calle Llerena
Plaza de la Constitución, desde la parroquia.