viernes, 3 de septiembre de 2021

Cariño, siéntate, tengo que decirte algo muy serio

                                                                                     


A sus 36 años la vida le sonreía, estaba feliz y enamorada. Todo era maravilloso para ella, hasta que... Un día vuelve a casa y su marido, muy serio, le dice que quiere hablar con ella...

Entran en el comedor y se sientan en dos sillas, frente a frente. Se impacientó. "Tal vez esté enfermo y le cueste decírmelo"---pensó en un principio--- y eso le preocupó.

--Cariñosiento mucho lo que te voy a decir---le confesó su marido---me he enamorado de otra y te voy a dejar, ¡lo siento!----concluyó con la cara compungida

Ella tardó en reaccionar. Creyó que era una broma. Pero, claro, él jamás decía esa clase de bobadas, así que empezó a tomárselo en serio, y se puso lívida, y el corazón se le paró.. A pesar de todo, con toda la frialdad del mundo se levantó de la silla y sin mirar a su marido siquiera se metió en su habitación. 

Él quedó esperando. La imaginaba desesperada llorando e intentando encajar el golpe. Aunque de sobra sabía que no era muy dada a manifestar sus emociones. Lo que hizo ella después le desconcertó, porque...

No tuvo que esperar mucho tiempo. Al poco rato la vio salir de la habitación vestida de negro y con su bolso gris debajo del brazo.. Intentó seguirla, hablarle, decirle otra vez que lo sentía de veras. Pero se quedó con las ganas, ni volvió la cabeza ni le dijo adiós.

Pasaron los días y las noches y no volvió a saber de ella. La gente de su alrededor empezó a impacientarse. Su familia, sus amigos, todo el mundo se temieron lo peor..  Removieron Roma con Santiago, la buscaron por todos los sitios inimaginables, pusieron fotos suyas en los periódicos, en carteles, toda la ciudad la buscaba, pero nada..

Habían transcurrido ya quince días y nadie la había vuelto a ver pero.. De repente saltó la noticia ¡Aleluya!, La vieron volver, tranquila, como si nada hubiera pasado. Sólo dijo que había pasado una temporada en la habitación de un hotel de mala muerte, no muy lejos de la ciudad, llorando y reflexionando.

Le hicieron cien entrevistas, habló en mil periódicos, pero jamás reveló su experiencia. Nunca supimos de verdad qué le pasó ni qué hizo durante esos quince largos días con sus noches...

Ha pasado el tiempo y ha vuelto a casarse ¡Y es feliz de nuevo!. Nunca renunció a su apellido Christie, el marido que la dejó. Incluso dice que no le guarda rencor.. 

Por cierto, su nombre de pila es Agatha.. Es una historia real..

Joaquín


                                                                  Agatha Christie 

                                                                       


                                                       





2 comentarios:

  1. Waoow y sin anestesia, hizo bien en irse sin mirar atrás ni la pena merecía, Buenos Días Joaquín 😚☕

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, María, la tía le echó bemoles a la cosa. Lo pasó mal quince días, pero salió como nueva. Un besito. Feliz lunes

      Eliminar