Mas valiera ser cristiana
que sultana
con pena en el corazón,
con un eunuco atezado
siempre al lado
como negra maldición.
--Juan Arolas--
Iros olvidando de vivir más de 120 años; ésta es la edad máxima a la que podemos aspirar los humanos, hacerlo más es casi imposible. Sólo una persona traspasó esa mítica cifra, la francesa Jeanne Calment, que murió el 4 de agosto de 1997 a los 122 años y 146 días..
Pero, abundando en esto de la muerte, fijaos:
--Si no respiramos durante 7 minutos y 30 segundos, la palmamos..
--Si no comemos durante un mes, la diñamos
--Si no bebemos durante 3 días, la espichamos
--Si no dormimos durante 11 días, fenecemos..
Por cierto, hasta 1950 los ataúdes no se hacían a medida como ahora. Si un cadáver no cabía en el féretro, el empresario de pompas fúnebres rompía los tobillos y doblaba los pies del muerto. Así de crudo..
En Fuente de Cantos hemos mejorado mucho en asepsia y comodidad en esto tan inevitable de la muerte. Con el tanatorio y el bonito cementerio que tenemos, no os voy a decir que da gusto morirse porque exageraría, pero todo se ha hecho más llevadero. Claro, que no siempre fue así.
Os recuerdo que hasta la mitad del siglo XIX a los fuentecanteños los enterraban en el interior de la parroquia y de las ermitas (a los más pudientes) y en los pequeños cementerios que tenían éstas a su alrededor (a los más pobres).
Antaño la parroquia tenía el suelo de tierra porque así era más fácil abrir un agujero y enterrar allí al finado. ¿Os imagináis en el interior de la iglesia oyendo misa rodeado de tumbas recién cerradas como si de un cementerio cubierto se tratara? Ufffff..
Con el tiempo se amplió el cementerio de San Juan, y allí empezaron a reposar la vida eterna nuestros antepasados. Incluso tenemos el nombre del primer enterramiento, fue en 1814 y se trataba de la niña expósita (abandonada por sus padres) María del Carmen Dorotea..
Pero el pueblo crecía y el cementerio de San Juan se quedó pequeño, y se construyó el de San Fernando, a las afueras, en 1879. Otra niña fue la primera enterrada allí, María Rodríguez, muy pobre. Por ser la primera, además de ser niña, las autoridades quisieron acompañar a los padres y hacer un acto solemne..
El primer enterrador del cementerio nuevo se llamaba Luis Martínez Gómez, y vivía en la calle Real. Los curas sólo acompañaba a la comitiva fúnebre hasta la Hermosa, luego se tenían que apañar los familiares..
En fin..
Joaquín
Ermita y explanada de San Juan, (antiguo cementerio, hoy parque).
Cementerio de San Fernando (actual) inaugurado en 1879)
calle Iglesia, en sus alrededores hubo cementerios
esquina calle Iglesia con Francisco Asuar . También por aquí se enterraban a la gente siglos ha...
calle Martínez
parque Nicolás Megía
calle Real (desde el Zurbarán)
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