¡Como nos unge, al pie de tu madero,
la savia de la luz resucitada:
el caudal poderoso de tu vida!.
Todos somos, Señor, ese lancero
que, al traspasarte, vuelve la mirada
y ve más claro gracias a tu herida.
--Ricardo Bermejo--(poeta fuentecanteño)
Hubo una vez un filósofo y matemático italiano del siglo XVI, Girolamo Cardamo se llamaba el hombre, que no se le ocurrió nada mejor que hacer que confeccionar el horóscopo de Jesucristo, y además publicarlo.
Girolamo era un enamorado de la astrología y, seguro que haría la predicción de Cristo con la mejor de las intenciones, pero se ve que las autoridades de la inquisición no pensaban lo mismo, y al pobre lo metieron en “chirona” acusado de brujería ¡A quién se le ocurre!..
Otra que por las mismas fechas a punto estuvo de arder en la hoguera de la Inquisición fue la fuentecanteña María Candelaria, una tipa rara..
María inventó una pócima para remediar los males de la infertilidad en la mujer: Consistía en: uñas de pies y manos, pelos de diferentes partes del cuerpo, un trozo de pan mordido, un poco de culantro, algo de perejil y alguna cosita más, luego se quemaba todo y a las cenizas resultantes se le añadía incienso...
Para que la pócima de la bruja Candelaria tuviera efecto habría que removerla con una rama de retama y rociarla por el cuerpo de la mujer afectada mientras se recitaba un conjuro. Lo anunciaba como la panacea para levantar la libido femenina.
He de deciros que los documentos donde aparecen la pócima, María Candelaria y toda su historia, se encontró en el Tribunal del Santo Oficio de Llerena, lo que quiere decir que fue juzgada por bruja y hechicera... ¡Cómo acabaría la pobre!...
Joaquín
calle Guadalcanal
ermita de la Hermosa
calle Llerena
calle Pilar (Caño)
calle San Julián
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