¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
--Fray Luis de León--
Si pusieran en una balanza conceptos tan básicos para el hombre como: libertad, seguridad y sustento y nos dijeran cuál de las tres elegiríamos como primera opción, creo que no habría dudas.. ¡la última! porque es imprescindible para vivir..
Pero.. ¿Nos quedaría claro la segunda?.. Bueno, yo a elegir entre seguridad y libertad, desde luego, me quedo con libertad, porque si hay algo que valoro especialmente es la libertad de poder elegir los pasos que doy en la vida, para bien o para mal. Deploro los tipos gregarios que van al albur del líder o de las tendencias del momento.
Si tenemos en cuenta que todos y cada uno de nosotros somos únicos (no hay dos iguales), nuestra actitud debe ser consecuente, es decir, buscar siempre la manera propia de proceder en la vida y no dejar que nadie dicte nuestra conducta.. "Si no trabajas por tus sueños, otro te contratará para que trabajes por los suyos", nos sugería el malogrado Steve Jobs, fundador de Apple..
Claro, que para gozar de ésa ansiada libertad primero tenemos que instruirnos y alcanzar la sabiduría necesaria para poder elegir lo mejor para nuestros intereses. Sin esa premisa jamás alcanzaremos total emancipación, aunque tengamos libre albedrío.
Decía Azaña, ese buen político que una vez tuvimos sólo que en una mala época... “La libertad no hace más felices a los hombres, los hace sencillamente, hombres”.. Yo no puedo estar más de acuerdo con ella.
Pero tiremos de la tercera opción, seguridad, ¿no creéis que es una pena que perdamos en Fuente de Cantos nuestras viejas costumbres por culpa de la inseguridad ciudadana? Me refiero a la vuelta a casa de una chica a las dos de la madrugada sin que nadie perturbe sus pasos, o a nuestras puertas abiertas de toda la vida.. Aún percibo muchas entreabiertas con los portales de cristal del zaguán cerrado, como siempre.. pero..
Poco nos va a durar, me temo, esta seguridad y confianza, tan nuestra. Dentro de poco veremos rejas hasta en las ventanas del segundo piso. En fin.. ¡Es la globalización, amigos!.. Y en Fuente de Cantos no íbamos a ser menos....
Joaquín
calle Carniceros, al fondo la torre vieja
calle Real (Miranda)
calle Real (cerca del cementerio)
calle Silvela (antiguo callejón de la fábrica)
un rincón de la plaza del Olmo
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