Porque también somos lo que hemos perdido.
Había rebasado ya los cuarenta, pero aún se veía atractiva, y estaba felizmente casada; al menos eso creía ella; tampoco tenía motivos para dudar.. Si estaba, sin embargo, muy satisfecha de sus dos hijos que crecían que era un gusto.
Su vida transcurría anodina, junto a la de su marido en su casa de campo. En cultivar la tierra y criar ganado pasaba el tiempo. ¿Su mejor día de la semana? Los sábados, que bajaban a la ciudad, y paseaban, y compraban, y alguna vez cenaban, y hasta bailaban en un pub de moda..
Un día su marido y sus hijos se desplazaron a una ciudad vecina a una feria de ganado. Debían quedarse allí tres días. Ella pretendió aprovechar esos días para hacer sus cosas, regar las plantas, limpiar la casa, conversar con alguna vecina.. pero...
Mira por donde aparece él, un cincuentón alto, delgado, atractivo; de ademanes muy correctos. Es un fotógrafo bohemio que viaja a la zona donde vive ella a fotografiar unos viejos puentes de madera del siglo XIX en riesgo de desaparecer.
Había aparcado su coche junto a la casa y preguntado por un lugar cercano que quería fotografiar. Ella, indolente, apoyada en el quicio de su puerta, lo ve llegar y se mostró dispuesta a ayudarle.. Ambos se miran, se hablan, se conocen... y se enamoran. Parece mentira, pero conciben en un corto espacio de tiempo de apenas un par de días una ardiente historia de amor otoñal..
Ella se descubre así misma una pasión desconocida hasta entonces. Solitario y harto de recorrer el mundo, él cree haber encontrado el amor de su vida.
Han sido dos días intensos de un amor arrebatador, impetuoso. Algo nuevo ha surgido en sus corazones. Pero su familia regresa y ella tiene que decidir. Un abismo de dudas se le abre en su cabeza. Debe elegir entre la rutina de una vida monótona e inconsistente, pero previsible y segura, o irse con él en pos de una aventura desconocida, quizás insensata, pero apasionada..
Dudó hasta el último momento. En la ciudad, él espera dentro de su furgoneta su decisión final. En la calle y ajeno al vibrante drama cae un chaparrón de justicia.. Aparece ella en mitad de la lluvia. Nadie sabe la magnitud de la tormenta desatada dentro de su corazón...vacila, llora.. desespera, a punto está de lanzarse a la aventura, pero decide quedarse con su marido. Él ha visto la escena.. no quiere, no debe insistir. Arranca su auto y se aleja definitivamente, solo.. A saber cómo llevará de roto su corazón..
Sí, lo habéis adivinado, chicas, es el argumento de, "Los Puentes de Madison" un relato de película. Está basado en una historia real ocurrida en los Estados Unidos años antes.
Yo la vuelvo a ver cada vez que la reponen en la tele; ayer, por ejemplo..
Joaquín
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